(Cope/InfoCatólica) Mons. Segura explica que ahora mismo la Iglesia en Vizcaya es el reflejo de lo que viene ocurriendo en el País Vasco desde hace dos generaciones donde hemos pasado del «euskaldun- fededun» (aforismo que identifica ser vasco con ser religioso) a que la gente que tiene un sentimiento «más nacionalista» es quizá la que ahora se siente «más distante» de la Iglesia.
El obispo de Bilbao asegura que está muy claro que en Bizkaia «las zonas mas euskaldunes son las mas secularizadas en este momento. Y esto que parece una novedad, no lo es, porque las personas que estamos trabajando y conocemos la realidad de Iglesia en Bizkaia tenemos datos que lo confirman y de muchas maneras diferentes».
Segun el obispo de la diócesis vasca, es prioritario que los esfuerzos para transmitir la fe se centren «no en tanta gente, pero sí en un número suficiente que pueda mantenerla con una convicción clara».
Esta estrategia es fruto de la falta de transmisión de la fe católica, especialmente en la familia, porque «los padres juegan un papel crítico (...) y eso ya no funciona. Nosotros tenemos muchísimos casos (...) de familias que eligen los colegios de la diócesis únicamente por el prestigio educativo», ha señalado.
Para Monseñor Segura, la fe «o es capaz de darte un corazón más grande del que tienes o no sirve para nada». Como asegura el titular de la diócesis, «la fe es una razón para vivir en esperanza, para luchar y para creer en las personas y en su bondad cuando la experiencia te dice lo contratrio». Ese motor de vida es, para Segura, fundamental que se siga transmitiendo, aunque sea en grupos pequeños porque «todos somos hijos de influencias comunitarias». «Hay personas que creen que se hacen a sí mismas y tienen total libertad, pero eso es absurdo», ha añadido.
El obispo de Bilbao, además, ha asegurado que en una sociedad donde Dios está cada vez menos presente, los valores corren un gran riesgo de perderse porque «son los retales de todo un mundo cristiano». «La entrega, el sacrificio y la generosidad tienen un sentido cuando están en su dimensión religiosa, cuando eso vaya perdiendo fuerza, veremos qué le ocurre a los valores», dice Segura.
Estos problemas para transmitir la fe, Joseba Segura los achaca, en parte, a errores en la comunicación de la Iglesia porque «hay dificultades para comunicar algo que es significativo para la vida de las personas». Además, el prelado cree que «hay control social para que la gente no hable de estas cosas, más allá de una conversación de bar, y esta es la gran diferencia entre Europa y el resto del mundo».