(ACIPrensa/InfoCatólica) En un acontecimiento reciente, una réplica de la Sábana Santa ha arribado a Ucrania, país que enfrenta un conflicto armado desde la invasión rusa de febrero de 2022. Esta llegada ha representado un alivio espiritual para los católicos ucranianos, quienes han sufrido pérdidas en sus familias debido a este prolongado conflicto, ya con más de dos años de duración.
De acuerdo con la página web oficial de la Sábana Santa, la réplica fue bendecida el pasado 18 de febrero por Mons. Roberto Repole, Arzobispo de Turín y custodio de este sagrado lienzo, reconocido también como el Santo Sudario o Síndone. La noticia se hizo pública el 29 de marzo, coincidiendo con el Viernes Santo.
La Sábana Santa auténtica se encuentra resguardada en la Catedral de Turín, en Italia. Este lienzo rectangular mide 4,36 metros de largo por 1,10 metros de ancho.
En ella se distingue la figura de un hombre, con su semblante y una serie de marcas o «huellas» que evidencian los sufrimientos que atravesó, coincidiendo en cada aspecto con los relatos de los Evangelios sobre la flagelación y muerte de Jesucristo.
La réplica de la Sábana Santa fue confiada al padre Benedykt Swiders'kyj, líder provincial de los Frailes Menores Franciscanos de Ucrania. Su primera escala fue el Santuario de la Pasión de Jesús en Sharhorod, ubicado al sur de Ucrania, cerca de la frontera con Moldavia.
El 22 de marzo, en presencia de aproximadamente 3 mil fieles católicos de rito latino, se llevó a cabo una ceremonia solemne para recibir la réplica, dirigida por el monseñor Radosłav Zmitrowicz, Obispo Auxiliar de Kamyanets-Podilskyi.
Durante la celebración, el padre Swiders'kyj dijo: «La fuerza de compasión y de conversión que emana de la imagen de la Sábana Santa es la realidad de nos permite hoy comprender el dolor de la nación ucraniana».
«Una vez más nuestra patria –después del genocidio de millones de campesinos ucranianos planeado por el estalinismo y después de los miles de sacerdotes, obispos y fieles católicos asesinados por odio a la fe durante el período soviético– está llamada a una nueva prueba: vivir el terrible sufrimiento de una guerra sangrienta, sufrimiento que, sin embargo, sabemos que precederá a la ‘resurrección’», agregó.
«Podemos decir que nos identificamos con la Sábana Santa de Jesús como Iglesia, como cristianos católicos romanos e incluso como nación. Esta Imago Christi (imagen de Cristo) debe convertirse en el símbolo, el estandarte de todas las experiencias de persecución y de esperanza, porque en la Sábana Santa leemos el rostro del sufrimiento, pero también el milagro de la Resurrección».
Finalizando la Santa Misa, el padre destacó la importancia de rezar «por la conversión de los rusos que nos atacaron e invadieron, para que de la veneración de la Sábana Santa podamos aprender el consuelo y el perdón que conducen a la conversión».
Tras la conclusión de la ceremonia, todos los presentes se unieron en el Vía Crucis, un recorrido de dos kilómetros por una colina cercana.
En los meses venideros, la réplica de la Sábana Santa se exhibirá en diversas iglesias, monasterios y santuarios de Ucrania, incluyendo las ciudades de Lviv, Husyatyn, Zytomyr, Polonne y Šepetivka, antes de regresar a Šarhorod, su último destino.
