(Fides/InfoCatólica) La diócesis de Laoag, en Filipinas, está de fiesta, pues el obispo de su localidad ha informado que se ha puesto en marcha una investigación sobre Niña Ruiz-Abad con el fin de iniciar su proceso de beatificación.
El proceso iniciará de forma oficial el 7 de abril, día de la festividad de la Divina Misericordia, y tendrá lugar en la catedral de San Guillermo de Laoag. Para ello, se realizará una primera sesión junto al tribunal diocesano que ha sido particularmente convocado para la ocasión. Los primeros pasos serán investigar a profundidad su historia, su fama de santidad y las virtudes heroicas con las que contó Niña.
El informe se dio a conocer a los fieles mediante una circular que se hizo llegar a todas las iglesias de Ilocos Norte, donde el obispo de Laoag, Renato Mayugba, manifestaba «¡Alégrense!» y compartía la buena noticia. El inicio de este proceso fue aprobado por la Conferencia Episcopal de Filipinas durante la asamblea realizada en julio del 2023.
La historia de Niña Ruiz-Abad
Niña Ruiz-Abad nació el 31 de octubre de 1979 en el Capitol Medical Center de Quezon City. Sus padres, ambos abogados, le dieron la bienvenida al mundo, pero lamentablemente, su padre falleció cuando ella era apenas una niña de tres años. Junto a su hermana Mary Anne, creció en Quezon City.
La educación de Niña transcurrió en el Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Filipinas y luego en la Escuela Montessori Holy Angels, ambas situadas en la misma ciudad. En abril de 1988, su madre, una devota de la Divina Misericordia, decidió trasladarse con sus hijas a Sarrat para trabajar en el Ministerio de Justicia.
A la edad de diez años, recibió el diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica, una condición cardiaca que marcó los tres años siguientes de su vida. A pesar de los desafíos que enfrentaba, Niña irradiaba alegría y una fe profunda. Para ella, la vida era un constante diálogo con Dios, Jesús, el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María, según lo expresado por el testimonio del monseñor Mayugba.
Después de su fallecimiento, Niña encontró su descanso final en un cementerio público en Sarrat, donde su tumba se ha convertido en un lugar de peregrinación. Su legado perdura, inspirando a niños y jóvenes a cultivar una vida fundamentada en la oración. La historia de Niña continúa conmoviendo a muchos, mostrando cómo los obstáculos pueden ser superados con la ayuda divina, como destaca la Conferencia Episcopal de Filipinas.