(ACN/InfoCatólica) La emisora cristiana ecuménica SAT-7 está representando en este momento una gran ayuda para miles de cristianos que habitan países de mayoría musulmana, puesto que cuentan con varios canales que logran ver millones de personas vía satélite en tres distintos idiomas.
Un ejemplo de esto son los cristianos que habitan en el Sultanato de Omán, en el Golfo Pérsico, quienes constituyen una notable minoría puesto que son en gran parte trabajadores extranjeros dentro de una sociedad casi por completo musulmana.
Por consiguiente, al momento en que Kurt Johansen, el director ejecutivo de SAT-7, le comentó al empleado de recepción del hotel su trabajo en la emisora cristiana, este último quedó totalmente asombrado.
Kurt, en una entrevista con ACN, relató: «Tan pronto como me escuchó decir que trabajaba para SAT-7, dijo: ‘¡Guau! La veo todas las noches'». Y comenta: «Antes de dedicar mi vida a esta misión, trabajé como agente fiscal, por lo que estoy entrenado para no creer en nada. Pero a medida que seguíamos hablando, empezó a nombrar muchos de los programas del canal y mostró que los había visto con atención, a pesar de que no era de origen cristiano».
Esta anécdota ilustra la realidad en numerosos países de mayoría musulmana. Aunque hay comunidades cristianas arraigadas en naciones árabes, la conversión del islam al cristianismo es vista con desaprobación, cuando no está explícitamente prohibida e incluso castigada con la pena de muerte.
En la mayoría de estos países, aquellos que abrazan la fe cristiana deben practicarla en secreto, a menudo ocultándola incluso a sus propias familias. Para ellos, plataformas como SAT-7 representan una tabla de salvación, siendo la única fuente confiable accesible de catequesis e información cristiana.
Kurt comenta: «Más de 100.000 personas se ponen en contacto con nosotros cada año porque quieren saber más acerca del cristianismo, o simplemente porque buscan alguien con quien rezar».
Otros puntos por destacar sobre esta emisora es que cuentan con una sección destinada a compartir los testimonios enviados por sus seguidores, incluso desde países como Irán y Afganistán. Asimismo, los cristianos habitantes de países donde la persecución es más grave no tienen dificultades para poder observar los programas puesto que la emisora hace un gran trabajo por mantener a todos sus espectadores fuera de peligro.
La emisora gestiona cuatro canales televisivos en total: uno en turco, uno en farsi y dos en árabe. El farsi es el idioma hablado en Afganistán e Irán.
En ocasiones, se prioriza la producción de contenido local, pero en ciertos casos esto no es factible debido a la falta de permisos necesarios. Aun así, incluso en los entornos más represivos, las señales satelitales no pueden ser bloqueadas por los gobiernos.
«La televisión por satélite sigue siendo el rey de los medios de comunicación en muchas partes del mundo, especialmente donde la conexión a Internet es mala, cara y, a menudo, está controlada por el gobierno. Ahora estamos invirtiendo más en digital, pero probablemente nunca nos alejaremos del satélite. Ahí es donde están los pobres», explica el director Kurt a ACN.