(Asia news/InfoCatólica) La pesadilla de Rashida comenzó hace más de diez años cuando fue secuestrada y casada por la fuerza con Muhammad Riaz:
«Me secuestró el 23 de marzo de 2013, cuando sólo tenía 13 años - cuenta -. Mis padres hicieron todo lo posible, pero no pudieron recuperarme. Me casó con él a la fuerza y me convirtió al Islam; en estos 10 años di a luz cinco hijos. Siempre me llamó Choorhi (el término que suelen utilizar los fundamentalistas para referirse a los que barren las calles en Pakistán, nde.). Yo me quedé allí por mis hijos. Pero ahora quería casarse con otra joven y yo me opuse. Entonces el 28 de diciembre de 2023 me golpeó muy fuerte y me cortó la nariz, el cabello y también en las partes íntimas. Después me segregó durante dos meses. Recién en febrero de 2024 logré escapar del encierro y regresé con mis padres».
«Cuando escapé – continúa su dramático testimonio – Muhammad Riaz vino a mi casa y nos golpeó a mí y a mi madre, a quien le rompió un brazo. Nuestros amigos de la calle intervinieron y nos salvaron, vino la policía y lo arrestó. Pero el mismo día lo dejaron en libertad sin registrar la denuncia.»
La mujer también contó que cuando estuvo segregada ni siquiera le permitían ir al baño:
«Me daban de comer una sola vez al día. Me enfermé durante el encierro y no me dieron ningún medicamento. Su madre me maltrataba, toda su familia me odiaba. Por la noche me ataban los pies y las manos, y cuando Riaz regresaba del trabajo por la tarde me golpeaba y maltrataba. Tengo tres hijos y dos hijas: quiero ver a mis hijos. Quiero justicia».
Joseph Jansen, activista de derechos humanos, pidió a las autoridades que se llevara a cabo una investigación exhaustiva sobre el caso de Rashida:
«Esta es la verdadera cara de la realidad detrás de los secuestros y matrimonios forzados de niñas pertenecientes a minorías. Demuestra que secuestran y se casan con niñas menores de edad y cuando se cansan de ellas actúan como monstruos. Estas niñas secuestradas nunca reciben respeto ni amor. Pedimos al gobierno que tome en serio este caso y haga justicia a esta desafortunada joven».
Jansen afirmó también que las leyes actuales destinadas a abordar y prevenir este tipo de atrocidades son insuficientes porque se han implementado en forma incompleta. Superar estas deficiencias requiere una combinación firme de voluntad política y administrativa.