(Register/InfoCatólica) En un vídeo difundido el viernes, el portavoz copto ortodoxo, el padre Moussa Ibrahim, afirmó que «el más notable» de los nueve decretos emanados del Santo Sínodo anual de la Iglesia, que tuvo lugar la semana pasada en Wadi El-Natrun (Egipto), fue «suspender el diálogo teológico con la Iglesia católica tras su cambio de postura sobre la cuestión de la homosexualidad».
El mensaje de vídeo siguió a la conclusión del Santo Sínodo el día anterior y a una declaración adjunta en la que los líderes coptos ortodoxos habían dicho que suspendían el diálogo con Roma.
«Tras consultar con las iglesias hermanas de la familia ortodoxa oriental», escribieron, «se decidió suspender el diálogo teológico con la Iglesia católica, reevaluar los resultados alcanzados por el diálogo desde su inicio hace veinte años y establecer nuevas normas y mecanismos para que el diálogo prosiga en el futuro.»
Loscoptos también reafirmaron su rechazo a las relaciones homosexuales, declarando su «firme posición de rechazo a todas las formas de relaciones homosexuales, porque violan la Sagrada Biblia y la ley por la que Dios creó al hombre como varón y mujer, y la Iglesia considera que cualquier bendición de tales relaciones, sea del tipo que sea, es una bendición para el pecado, y esto es inaceptable.»
La declaración en vídeo del padre Ibrahim se produjo después de que algunos observadores dijeran en las redes sociales que la declaración no hacía referencia específica a la declaración Fiducia Supplicans del Vaticano del 18 de diciembre, que permitía una bendición «no litúrgica» y «espontánea» de parejas del mismo sexo. También dijeron que no se afirmaba que la decisión de suspender el diálogo estuviera relacionada con el documento.
La declaración de los líderes coptos ortodoxos no hacía ninguna referencia explícita a la Fiducia Supplicans, pero su reafirmación en el texto de la enseñanza de su Iglesia sobre la homosexualidad, firmemente basada en las Sagradas Escrituras, unida al mensaje de vídeo del padre Ibrahim, hacían incontrovertible la causa de su suspensión del diálogo.
Señalaron en su declaración que Dios creó al hombre varón y mujer, que todas las personas están llamadas a la santidad y que todos deben vivir según su voluntad y «el designio divino del matrimonio entre un hombre y una mujer».
Subrayaron que quien lucha con la atracción hacia personas del mismo sexo pero «controla este deseo es alabado por sus esfuerzos y queda sujeto a las mismas tentaciones que las personas heterosexuales». Del mismo modo, afirmaron que es «esencial» que «busquen el verdadero arrepentimiento» como lo haría una persona heterosexual adúltera.
«Sin embargo, si alguien elige abrazar su tendencia homosexual, se niega a buscar ayuda espiritual y emocional, y continúa quebrantando los mandamientos de Dios, en ese caso, su situación pasa a ser la misma que la de alguien que vive en adulterio», continúa el comunicado. «En tales casos, se les debe advertir y aconsejar que se abstengan de comulgar, buscando el arrepentimiento».
Una de las principales críticas al documento vaticano es que no menciona el arrepentimiento ni el compromiso de enmienda de vida antes de recibir tal bendición.
Citando las palabras de San Pablo en su Epístola a los Romanos, con referencias adicionales a su primera carta a los Corintios y a pasajes del Levítico, los coptos ortodoxos subrayaron también la condena por la Iglesia de los actos sexuales entre personas del mismo sexo. «En consecuencia», añadieron, se oponen «firmemente» a «todas las formas de actividad sexual fuera de los límites del matrimonio», añadiendo que lo consideran una «distorsión sexual». También rechazaron «firmemente» que los contextos culturales puedan utilizarse para «justificar las relaciones entre personas del mismo sexo», ya que los coptos creen que es «perjudicial para la humanidad» en su conjunto.
Además añadieron que su Iglesia cree en los derechos humanos y las libertades, pero que estas libertades «no son absolutas» y no deben utilizarse para «violar las leyes del Creador».
«La Iglesia afirma su compromiso de cumplir su papel pastoral en la ayuda a las personas que tienen tendencias homosexuales», dijeron para terminar. «También subraya que no les rechaza, sino que, por el contrario, les proporciona apoyo y asistencia para ayudarles a alcanzar una solución emocional y espiritual».
«La Iglesia pone su confianza en nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos», concluueron.
The Register se puso en contacto con el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, pero al cierre de esta edición no había respondido..
Separados de Roma y Constantinopla
La Iglesia Ortodoxa Copta de Alejandría, presidida por el Papa Tawadros II, es una de las confesiones cristianas más antiguas del mundo, cuya fundación se remonta al Apóstol San Marcos. Es la principal iglesia cristiana de Egipto (la palabra «copto» deriva del griego Aigyptos, que significa Egipto) y se desconoce el número exacto de sus miembros, pero se calcula que son entre 10 y 20 millones de personas de una población ortodoxa total de 260 millones.
Aunque se describe a sí misma como ortodoxa, no está en plena comunión con el Patriarca Ecuménico Bartolomé y la ortodoxia oriental, sino que permanece unida a las iglesias ortodoxas etíope, armenia, eritrea, malankara y siríaca, conocidas colectivamente como iglesias ortodoxas orientales. Ninguna de estas iglesias acepta el Concilio de Calcedonia de 451 y su definición de las «dos naturalezas» de Cristo. Desde finales del siglo XX, las iglesias ortodoxas orientales han intentado dialogar con Roma y la ortodoxia oriental, que durante siglos las habían considerado heréticas.
El año pasado, el diálogo parecía haber progresado hasta tal punto que el Vaticano permitió a los coptos ortodoxos celebrar su propia Divina Liturgia en la Archibasílica de San Juan de Letrán en Roma. Al mes siguiente, en un gesto inusual, el Papa Francisco incluyó a 21 fieles coptos ortodoxos, martirizados por el Estado Islámico en Libia en 2015, en el Martirologio Romano, una lista oficial de mártires, santos y beatos