(AciAfrica/InfoCatólica) En su mensaje para el 8 de marzo, Mons. Chisanga lamentó que una parte de la «sociedad secular» parezca decidida a «oscurecer» los derechos divinos de la mujer.
«Soy consciente de que algunos círculos de nuestra sociedad secular han desviado este día de las intenciones originales de quienes lo iniciaron hace más de 100 años para incluir los extremos del feminismo, la agenda global de género y los llamados derechos reproductivos, que en realidad tienden a disminuir los derechos otorgados por Dios a una mujer creada a imagen divina»
Monseñor Chisanga añadió:
«A veces, en nombre de los derechos reproductivos, en lugar de mejorar, se tiende a disminuir aquello para lo que Dios ha dotado a la mujer, una dote única que Dios ha dado a la mujer. Y a veces se tiende a invertir enormes sumas de dinero en promover actividades que no mejoran la vida ni la dignidad de la mujer».
El obispo, religioso de la Orden de Hermanos Menores Conventuales (OFM Conv.), subrayó la necesidad de alzar la voz contra las prácticas «que faltan al respeto, oprimen y discriminan a la mujer bajo el pretexto de la cultura, las tradiciones, la religión o el desarrollo de los tiempos modernos».
Abogó por la promoción de políticas, costumbres y prácticas que contribuyan a realzar la dignidad y la singularidad de la mujer.
Mons. Chisanga reconoció el papel de los líderes tradicionales y religiosos a la hora de hacer las cosas bien:
«Los líderes tradicionales tienen una voz enorme, una voz poderosa, y pueden evaluar esas prácticas y filtrar las que no respetan la dignidad de la mujer.
Hay que tener ese valor. Hace falta valor por parte del líder tradicional, porque están cortando toda una larga historia de una práctica, pero por el bien de nuestro tiempo y de la dignidad de la mujer, es necesario que salgamos de esas prácticas tradicionales obsoletas».
Los pastores de la Iglesia, aseguró, necesitan «predicar el mensaje de Dios que realza la dignidad de toda persona humana creada a imagen y semejanza de Dios.»
«En el libro del Génesis, capítulo primero, leemos varón y mujer los creó Dios. Así pues, hombres y mujeres se distinguen como varón y hembra, pero son iguales en dignidad porque comparten la misma naturaleza de Dios, la imagen de Dios. Ese es el mensaje básico que debemos predicar», subrayó. Y añadió:
«Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Tan diferentes pero iguales en dignidad y en la esencia del ser humano.
Nadie puede ni debe cambiar esta disposición divina por las razones que sean. Diferentes pero iguales en dignidad; iguales en la esencia del ser; así es como Dios quiso que fuera», afirmó.
El obispo reprochó a quienes quieren que las mujeres sean «como los hombres»: «Es una pregunta equivocada: ¿Cómo pueden las mujeres ser más como los hombres? Las mujeres no necesitan ser como los hombres».
En su lugar, dijo, la preocupación debería ser poner medidas de cómo la mujer puede «ser más la mujer como Dios manda»:
«Tenemos que ser seres humanos complementarios. Tiene que haber complementariedad y respeto mutuo entre hombres y mujeres, dentro de las familias, entre marido y mujer, hijos e hijas, y otros parientes. Tiene que haber respeto mutuo y no los llamados roles de género»
El obispozambiano describió el tema del DIM 2024 como «muy oportuno y muy significativo».
«Con políticas deliberadas para invertir en la educación, la salud y el bienestar general de la mujer, empezando obviamente por la niña, nuestro mundo sería un lugar mejor para todos».
Monseñor Chisanga insistió en la necesidad de fomentar la educación formal de las mujeres: «Educar a una mujer es educar a toda una nación».
Hizo un llamamiento a los zambianos para que aprovechen la educación gratuita en su país y ayuden a una niña a «desarrollar su potencial, sus capacidades hasta los niveles más altos de educación en la instancia superior de aprendizaje dentro y fuera de nuestra nación.»