(Aica/InfoCatólica) El prelado señaló que «el modus operandi es diverso: secuestros, torturas, asesinatos. A veces de modo individual, otras comunitariamente en el interior de los templos mientras rezan. No faltan en ocasiones las acusaciones falsas con que son manchados con sutileza para desalentar y boicotear su servicio».
El arzobispo sanjuanino señaló que el término «mártir» es de origen griego, y se traduce como «testigo», aquella persona que vio o escuchó (también en tiempo presente) y puede dar fe de ese suceso; y aclaró: «No se es testigo de abstracciones o ideas, sino de acontecimientos concretos».
«La persecución y el martirio marcaron los inicios del cristianismo. El primero fue Jesús, condenado a muerte en un juicio fraudulento, torturado y crucificado. Él amó hasta dar la vida, sin hacer uso de la violencia ni el rencor», aseguró.
«En el año 197 Tertuliano escribió: «La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos», recordó y añadió: «Veinte siglos después, en nuestro tiempo, sigue habiendo hombres y mujeres que son perseguidos y asesinados por odio a la fe».
Tras señalar que el video del Papa de marzo, Francisco invita a rezar por «los nuevos mártires, testigos de Cristo», invitó a pedirle a Dios que «sean semillas de nuevos cristianos; y a los que ya lo somos, nos conceda ser apasionados por Jesús y por su pueblo».
Monseñor Lozano citó un informe de la organización «Puertas Abiertas» que consigna que en el mundo «más de 365 millones de cristianos enfrentan altos niveles de persecución y discriminación debido a su fe» y describió algunas situaciones puntuales, sobre todo en América Latina.
«En la Semana Santa en el martirio de Jesús contemplamos a hermanos y hermanas torturados y asesinados por odio a la fe», concluyó.