(LifeNews/InfoCatólica) Durante el mes de marzo, las dos farmacias más grandes de Estados Unidos empezarán a vender píldoras abortivas que acaban con la vida de los niños no nacidos provocándoles la muerte.
Walgreens y CVS venderán las píldoras abortivas a pesar de que matan a un ser humano en desarrollo y han matado al menos a docenas de mujeres y herido a decenas de miles más. En un principio, tienen previsto empezar a vender medicamentos abortivos en Rhode Island, Massachusetts, Nueva York, Pensilvania, California e Illinois, todos ellos Estados demócratas donde el aborto es legal hasta el nacimiento.
Usualmente se utilizan la mifepristona en combinación con el misoprostol, una prostaglandina, para provocar abortos. La mifepristona bloquea la progesterona, provocando la muerte del feto, mientras que el segundo fármaco, el misoprostol, provoca potentes y dolorosas contracciones uterinas para expulsar al bebé muerto o moribundo.
Aprobada por primera vez durante la administración Clinton, la mifepristona se utiliza para abortar a los bebés no nacidos hasta aproximadamente las 10 semanas de embarazo, aunque algunos abortistas la utilizan más tarde.
Además de la muerte de millones de fetos, la FDA ha relacionado la mifepristona con al menos 28 muertes de mujeres y 4.000 complicaciones graves. Sin embargo, bajo la presidencia de Barack Obama, la FDA dejó de exigir que se informara de las complicaciones no mortales de la mifepristona. Por tanto, es casi seguro que las cifras son mucho más elevadas.
Los estudios indican que los riesgos del fármaco abortivo son más frecuentes de lo que suelen afirmar los activistas abortistas, ya que una de cada 17 mujeres requiere tratamiento hospitalario. Un estudio reciente del Instituto Charlotte Lozier reveló que la tasa de visitas a urgencias relacionadas con el aborto por parte de mujeres que tomaban el fármaco abortivo aumentó más de un 500% entre 2002 y 2015.
Otro nuevo estudio de la Universidad de Toronto, «Short-Term Adverse Outcomes After Mifepristone-Misoprostol Versus Procedural Induced Abortion», publicado en Annals of Internal Medicine, descubrió que una de cada diez mujeres que tomaron la píldora abortiva tuvo que acudir a urgencias, según Pregnancy Help News.
En 2023, surgieron informes de una mujer en Canadá que también murió a causa de la píldora abortiva y el shock séptico asociado a ella.
Una mujer canadiense de 19 años murió junto con su bebé nonato tras tomar la píldora abortiva. La trágica noticia se produce mientras los activistas abortistas presionan para extender el fármaco abortivo mifepristona por Estados Unidos y Canadá, alegando que es «más seguro que el Tylenol». En realidad, el fármaco se ha relacionado con la muerte de millones de bebés no nacidos y decenas de madres.
Mientras tanto, Alyona Dixon, de 24 años, murió el 28 de septiembre de 2022 después de que las complicaciones del aborto la obligaran a buscar tratamiento médico de urgencia cuatro días después del aborto en Planned Parenthood. Su familia ha demandado al hospital de Las Vegas que la trató, alegando que no le proporcionó la atención médica adecuada por las complicaciones del aborto.
En el centro abortivo de Planned Parenthood, Dixon recibió la peligrosa píldora abortiva mifepristona, que ha matado a docenas de mujeres y herido a miles. La píldora se ha relacionado con la sepsis, que ha matado a otras mujeres que tomaban el fármaco abortivo, incluida Dixon.
En Inglaterra, que empezó a permitir la venta por correo de fármacos abortivos más o menos al mismo tiempo que en Estados Unidos, las nuevas investigaciones muestran un enorme aumento de las llamadas de ambulancias y de las denuncias de coacción y abusos. También se han denunciado casos de bebés nacidos vivos en casa después del término del embarazo como consecuencia del uso de fármacos abortivos de venta por correo, porque sus madres no se dieron cuenta del avanzado estado de gestación.
La coacción y los abusos también son motivo de preocupación. LifeNews ha informado en los últimos años de varias historias sobre traficantes sexuales, parejas maltratadoras y padres que obligan o engañan a mujeres y niñas embarazadas para que aborten. Una matrona de la cadena abortista MSI Reproductive Health declaró recientemente a la BBC que reconocer la coacción es un gran problema entre los proveedores de abortos, y la nueva práctica del aborto por correo lo agrava aún más.
