(GaudiumPress/InfoCatólica) De acuerdo con la entidad de defensa de los derechos humanos ADF International, en Essen, Alemania, el conductor de taxi Jalil Mashali fue sancionado con una multa de hasta 1.000 euros por supuesta «propaganda religiosa» no autorizada. Esto se debió a la presencia de un pequeño adhesivo con un pasaje bíblico en la ventana trasera de su vehículo, que declara: «Jesús, yo soy el camino, la verdad y la vida».
Hace 22 años que Mashali reside en Alemania. Su lugar de nacimiento fue Irán, y su crianza transcurrió como seguidor del islam. En Irán, a la edad de 13 años, sufrió la pérdida de su pierna izquierda en un accidente de tráfico.
A los 33 años, decidió buscar atención médica en Alemania con la esperanza de encontrar alivio para su dolor. A pesar de someterse a más de 20 intervenciones quirúrgicas, el dolor persistía, llevando a Mashali a contemplar el suicidio. En ese momento crítico, una mujer cristiana se acercó a él y le ofreció orar. Aunque inicialmente escéptico, aceptó y experimentó un alivio completo del dolor después de la oración. Este acontecimiento lo motivó a explorar la lectura de la Biblia. Mashali mantiene con firmeza su fe cristiana y considera que la pegatina no es simplemente publicidad religiosa, sino una expresión de sus profundas convicciones.
En octubre de 2023, Mashali fue notificado por el departamento de carreteras mediante una carta, señalando que la pegatina en su vehículo era considerada «propaganda religiosa» ilegal, prohibida en los taxis según una ordenanza. A pesar de la notificación, Mashali optó por no retirar la pegatina, argumentando que su contenido, ubicación y tamaño reducido no la calificaban como publicidad en el sentido convencional.
Respecto a los hechos, Mashali afirmó en su defensa: «Jesús es lo mejor que puedo recomendar a cualquiera porque Él cambió mi vida. Es por eso que tengo la calcomanía en mi auto para que cualquiera esté interesado en ver. No quiero causar problemas, pero no hice nada malo. Estoy agradecido por este país donde todos deberían ser libres de compartir su fe. Espero poder seguir haciéndolo, apelando esta multa injusta».
Asimismo, también se involucró en este caso Lidia Rieder, una abogada de la ADF que se ofreció a ayudar al taxista, quien enfatizó que las acciones de Mashali están respaldadas por el derecho humano fundamental a la libertad religiosa. «En una sociedad libre, el gobierno no debería silenciar ni censurar las expresiones pacíficas de fe. Las acciones de Jalil están protegidas por el derecho humano básico a la libertad de religión, que incluye el derecho a compartir con otros las creencias más profundas. El Estado debe evitar interferir injustamente con esta libertad».