(CatholicHerald/InfoCatólica) Mariana Mazzucato, una economista nacida en Roma que ha sido asesora de la ONU, de la Organización Mundial de la Salud y de los gobiernos de Escocia y Sudáfrica, instó a quienes les critican a centrarse en el ámbito de su trabajo académico, que, insistió, no tiene nada que ver con el aborto ni con la religión.
El arzobispo italiano Vincenzo Paglia, presidente de la Academia, también rechazó las críticas a sus opiniones sobre cuestiones como la anticoncepción, insistiendo en que el papel de la Academia debe ser promover la reflexión y el debate académicos.
Tanto Mazzucato como Paglia hablaron en una rueda de prensa celebrada el 12 de febrero durante la asamblea general de la Academia, que concluye hoy, titulada «Lo humano: Significados y desafíos».
El nombramiento de Mazzucato como miembro de la academia en octubre de 2022 generó controversia entre católicos normales, seguidores de los trabajos y publicaciones de la Pontificia Academia Pro Vita, y por tanto de los fines y objetivos de ésta, fundada para la defensa de la dignidad inviolable de la Vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Pronto se difundió que el nombramiento podía sustentarse en un elogio del Papa en redes como mujer economista defensora del desarrollo sostenible, pero también pronto salieron a la luz sus publicaciones en redes sociales a principios de ese año en las que criticaba la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de anular el caso Roe contra Wade, la sentencia de 1973 que legalizó el aborto en el país.
La economista María Mazzucato no habla de religión ni de aborto
Varias entidades católicas, entre ellas la Federación Mundial de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), expresaron su preocupación por el nombramiento de Mazzucato, sosteniendo que era inapropiado que alguien que expresaba públicamente opiniones favorables al aborto perteneciera a una entidad vaticana encargada de promover la postura moral de la Iglesia en cuestiones relacionadas con la vida.
«Soy académica, economista, nunca he escrito un artículo de opinión, un blog, un artículo en una revista o un libro que contenga siquiera la palabra 'aborto' o 'religión'», declaró en esta rueda de prensa Mazzucato al corresponsal vaticano Michael Haynes, afirmando que sólo ha abordado estas cuestiones de pasada.
Mazzucato explicó también que en una ocasión había retuiteado una caricatura que, en su opinión, ilustraba la hipocresía que rodea a los debates sobre el aborto, y se quejó por la pregunta del periodista: «el hecho de que un retuit en una conferencia académica como ésta sea destacado por un periodista que debería estar interactuando con lo que acabamos de decir, y cuál es nuestra experiencia, y de lo que hablaremos en esta conferencia; me parece triste».
Cambio climático, pandemias, inteligencia artificial
La conferencia de esta semana está diseñada para abordar cuestiones globales relacionadas con el cambio climático, la bioética, el riesgo de nuevas pandemias y las nuevas tecnologías emergentes y convergentes, como la inteligencia artificial.
La economista María Mazzucato dijo que cree que el papa Francisco le concedió el «enorme honor» de formar parte de la academia por su trabajo como profesora e investigadora, así como por su compromiso con los responsables políticos.
«Se trata de rediseñar la economía para que sea buena para la humanidad, buena para la gente de todo el mundo, no sólo del norte global», insistió, y prosiguió con lo que cree que deben ser las líneas de su contribución a la Pontificia Academia Pro Vita:
En todo el mundo, dijo Mazzucato, «unos 4.500 millones de personas, más de la mitad de la población mundial, carecen de pleno acceso a servicios sanitarios esenciales; más de 2.000 millones de personas siguen sin tener acceso a agua gestionada de forma segura, y un niño menor de cinco años muere cada 80 segundos por enfermedades causadas por agua contaminada».
En su defensa, intentó argumentar que no es justo ni conveniente insistir en preguntar, por ejemplo, su opinión sobre el aborto, a ella o a personas que discrepan en puntos cruciales de la doctrina y moral católica pero están en organismos católicos, porque estas personas allí pueden hacer aportaciones importantes teóricas o prácticas sobre economía, biología, poesía, contactos con instituciones, etc.
«¿No sería estupendo que su periódico, y todos los periódicos y todos los periodistas del mundo tuvieran verdadera curiosidad por hablar con biólogos, físicos, poetas, economistas, con urgencia y les dijeran qué van a hacer, cómo nos van a ayudar, y no preguntarle a una economista qué piensa del aborto?».
Tras señalar que había dado a luz a cuatro hijos en cinco años, Mazzucato afirma que no piensa con regularidad en cuestiones como el aborto, y que su trabajo se centra en cómo hacer que la vida en la Tierra sea «lo mejor posible para la mayoría de la gente en el mundo, y me siento inspirada por este Papa porque de eso es de lo que habla día tras día».
Al comienzo de la pandemia de coronavirus en marzo de 2020, el papa Francisco elogió el libro de Mazzucato de 2018 «El valor de todo: hacer y tomar en la economía global», diciendo que su visión de la economía «puede ayudar a pensar en el futuro».
A favor de los anticonceptivos y la fecundación artificial
El papel de Mazzucato está lejos de ser la única fuente de controversia que rodea a la Nueva Pontificia Academia para la Vida.
En el verano de 2022, la publicación de un texto titulado Theological Ethics of Life: Scripture, Tradition, Practical Challenges (Escritura, tradición, desafíos prácticos), una recopilación de ponencias presentadas durante una conferencia patrocinada por la academia el año anterior, fue muy criticada.
Los críticos se opusieron a las contribuciones de algunos teólogos que defendían la distinción entre normas morales, como la condena eclesiástica del control artificial de la natalidad, y la aplicación pastoral de esas normas en circunstancias concretas: básicamente, sugerían que, en algunas circunstancias limitadas, las parejas podrían tener justificación para optar por la anticoncepción.
Algo similar ocurrió con la reproducción artificial, lo que suscitó duras críticas de teólogos e incluso de otros miembros de la Academia, que argumentaron que estas posturas eran incompatibles con el mandato de la Academia. Se llegó a decir que era como poner a la zorra a cuidar de las gallinas.
Paglia contra la Humanae Vitae... Ética teológica de la Vida
La Academia recibió más críticas cuando en agosto de ese año, dos meses antes del nombramiento de Mazzucato, la cuenta oficial de Twitter de la Academia envió un tuit argumentando que la encíclica Humanae Vitae de 1968 del Papa Pablo VI -que reforzaba las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio y mantenía su condena de la contracepción artificial- no estaba cubierta por la doctrina de la infalibilidad papal, lo que significa que puede estar sujeta a cambios.
La academia defendió esta postura en medio de una oleada de reacciones, sobre todo en las redes sociales, pero su respuesta y el tuit que la contenía fueron borrados posteriormente.
Cuestionado sobre una declaración que aparentemente hizo durante la polémica creada en 2022 sobre la Humanae Vitae, especulando que el Papa Francisco o un futuro Papa publicaría una nueva encíclica sobre la anticoncepción, Paglia dijo que esto no era una representación exacta de su posición.
«No creo que lo haya dicho como usted», dijo, respondiendo al periodista que formuló la pregunta. Paglia señaló que con motivo del 25 aniversario de la Humanae Vitae, el Papa Francisco había dicho que «es bueno reflexionar sobre estos temas», invitando a los teólogos a seguir profundizando en su reflexión y análisis.
Llamó la atención sobre el nuevo texto publicado por la academia titulado La alegría de vivir, que es el texto base sobre el que se asienta el polémico volumen Ética teológica de la vida. Este nuevo texto, dijo Paglia, «intenta recargar la enseñanza de la ética y la moral dentro de la historia y el desarrollo de las tradiciones de la Iglesia, porque esto ha sucedido continuamente» a lo largo de la existencia de la Iglesia.
Señalando que los papas han mantenido diferentes posturas sobre cuestiones morales a lo largo de los siglos, Paglia dijo que cree que las enseñanzas morales de la Iglesia «requieren una reflexión continua». Y añadió:
«De hecho, no se trata sólo de resolver ciertas cuestiones. Se trata de comprender de manera más clara, apasionada y fuerte el comportamiento respecto a las inspiraciones de la Escritura en la tradición y también en el magisterio».
Paglia elogió el énfasis de Pablo VI en Humanae Vitae sobre la generatividad -responsabilidad por la siguiente generación- que, según dijo, fue un concepto tan fuerte en su momento que con el tiempo dejó de ser fuente de discusión y reflexión teológica, filosófica y científica.
En su opinión, la falta de reflexión y debate continuos «causó problemas, como los demográficos, menos niños y más ancianos». En consecuencia, un problema ético hoy en día no se puede resolver como en siglos anteriores «en casos singulares», sino que «es necesaria una nueva visión que acompañe la vida de las personas», afirmó.
En un discurso pronunciado el 12 de febrero para inaugurar la asamblea, el Papa Francisco afirmó que la reflexión sobre «lo que distingue al ser humano» es un tema de «suma importancia» en el mundo moderno, especialmente en medio del auge de las nuevas tecnologías y la amplia experimentación de sus posibles usos.
Dijo que el progreso científico y tecnológico debe situarse dentro de un «horizonte de sentido» más amplio y condenó los intentos de reproducción humana a través de la tecnología, comparando este enfoque con la locura de la Torre de Babel en la Biblia.
Cuando se trata de la aplicación y el uso de la tecnología, la creatividad humana y la responsabilidad deben ir de la mano, dijo el Papa, y elogió los esfuerzos de la academia por promover el diálogo y el intercambio interdisciplinar de ideas sobre estos temas.
Mazzucato: Gobernar la economía para el bien común
La contribución de la economista y académica en esta sesión de la Academia fue resumida así por Vatican news: Mazzucato abordó el tema «Gobernar la economía para el bien común». Explicó que el mundo enfrenta crisis globales e interconectadas, como la climática, la biodiversidad, el agua y la salud, pero que los estados aún no han logrado tratarlas como objetivos colectivos con agendas comunes.
Para Mazzucato, el bien común debe entenderse «a la vez como la definición de objetivos compartidos y como el desarrollo de vías para alcanzarlos». Citó al Papa Francisco en su encíclica Laudato si', para decir que esto implica defender la dignidad de las personas social, política y económicamente marginadas, también con nuevas políticas y formas de colaboración entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la sociedad.
Es necesario traer diferentes voces a la mesa, «para discutir lo que significa co-crear una economía justa y sostenible, porque una gran lección de la pandemia de COVID-19 fue que si la actividad económica, como el desarrollo de vacunas, no se rige por el bien común, muchas personas quedan excluidas de sus beneficios».