(Cabildocat/InfoCatólica) La obra, del autor estepeño Manu Fernández, parte de una idea inicial aparentemente sencilla que radica en volver a narrar, una vez más, la vida e historia de Jesús de Nazaret.
Una trama en la que los acontecimientos son tan conocidos en los detalles que no hay oportunidad para la sorpresa. Todo el mundo sabe que Jesús es traicionado por uno de sus íntimos, es víctima de un juicio manipulado en la nocturnidad, muere en la cruz y resucita a los tres días. Da igual quién viaje al pasado en la ficción para contarlo en una novela. La gran Historia, es conocida en todos sus sucesos cronológicos, prácticamente, por todo el mundo.
La originalidad de la obra radica en la original forma de contarlo. El espectador es recibido en la Mezquita-Catedral con una escenografía que pretende convertirse en una singular obra de arte en sí misma. Cuadros de Velázquez, Murillo, Goya o el Greco, nos narran a través de la inspiración del color, el nacimiento, muerte y resurrección de Jesús, los momentos más trascendentes para cualquier cristiano.
Es como si la obra se contase desde el interior de un cuadro. La palabra del testimonio de cada uno de los personajes, es alumbrada por la luz de unas velas, que envuelven al público en un ambiente íntimo, casi secreto, abriendo y preparando los sentidos para la emoción del descubrimiento del relato de los sentimientos y la verdad, de los seguidores y detractores de Jesús de Nazaret. Una suerte de juicio en la que el espectador recibe el argumento de las partes.
La música en directo, interpretada con piano, violín, viola y trompeta, es uno de los valores más destacados por los espectadores. La directora musical, Carmen María Pérez Mata, ha conseguido unir cada melodía con cada frase, creando versiones sublimes de temas cofrades que despiertan la admiración del público. Bajo la dirección artística del cordobés Rafael López, un elenco de dieciséis actores trasladará al público a la Jerusalén del siglo I.