(Ecclesia/InfoCatólica) Todo comenzó en Cuenca. José Antonio Fernández, sacerdote de la diócesis de castellano-manchega, estaba rezando frente al sagrario.«Estaba en el oratorio haciendo la novena al beato Carlo y me vino la inspiración», ha asegurado en 'Ecclesia al día'. Y a partir de ese momento movilizó a 140 personas entre músicos, bailarines, figurantes, etc., de todas las edades y empiezan a montarun espectáculo para dar a conocer la santidad de Carlo Acutis.
A partir de ese momento, y con la experiencia previa de otros musicales, desde la delegación de Pastoral Juvenil de la diócesis de Cuenca se pusieron en marcha. Todo esto con un objetivo claro, «utilizar el musical como una herramienta para evangelizar». Además, tal y como ha contado en TRECE, «lo importante es que la gente se fije en el sagrario·»
Una gira por toda España
Varias parroquias y diócesis se han puesto en contacto con ellos para hacer una gira: «Nos están entrevistando varias diócesis españolas». Para la preparación del musical se ha trabajado durante 5-6 meses en ensayos por secciones, por un lado, mobiliario y decorados, por otro la orquesta, los coros, los cantantes y su interpretación vocal, las escenas, las coreografías y el vestuario.
El guion es obra de Carlos Luján Berenguel, profesor de Lengua y Literatura en el IES «Santiago Grisolía» de Cuenca. La música ha sido compuesta por Miguel A. Caballero, Carlos A. Guerra, Juan Francisco Morán, Pablo Culebras y José A. Fernández (todos ellos conquenses). Y los arreglos musicales han corrido a cargo de, José Antonio E. Usano, profesor en el Conservatorio «Pedro Aranaz» de la capital conquense.
La historia de Carlo Acutis y la conversión de sus padres
Carlo nació el 3 de mayo de 1991 en Londres donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás Andrea Acutis y Antonia Salzano, se mudaron con él a Milán. Siendo todavía adolescente, a Carlo le diagnosticaron una leucemia. A partir de ese momento quiso ofrecer su vida «por el Señor, el Papa y la Iglesia». Murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue enterrado en Asís como él había pedido, debido al gran amor que le tenía a San Francisco. Su causa de beatificación y canonización se abrió en 2013. Fue declarado venerable en 2018 y se convirtió en beato en octubre de 2020.
La conversión de sus padres
Desde muy pequeño Carlo mostró un especial amor a Dios, aunque sus padres no eran especialmente devotos. Su madre decía que antes de Carlo solo había ido a Misa en su Primera Comunión, su Confirmación y su Matrimonio. Carlo también amaba rezar el Rosario y tras su Primera Comunión iba a Misa con frecuencia y se quedaba rezando en Hora Santa después de la Eucaristía.
Su testimonio de fe llevó a una profunda conversión a su madre porque, de acuerdo al sacerdote que promueve su causa, él «logró acercar a sus familiares, a sus padres a la Misa diariamente. No fue al revés, no fueron los padres los que llevaron al pequeño a Misa sino era él quien iba a Misa y que convenció a otros a recibir la Eucaristía todos los días».