(CruxNow/InfoCatólica) En lo que muchos líderes católicos describen como el último acto de acoso y persecución contra la minoría cristiana de la India, una monja carmelita ha sido detenida en el estado de Chhattisgarh, en el centro del país, y acusada de instigar el suicidio de una niña de sexto curso en una escuela en la que enseñaba.
La hermana Mercy, que sólo usa un nombre, procede del estado sureño de Kerala y fue detenida el 7 de febrero, después de que se encontrara el cuerpo de la niña muerta colgando de un ventilador de techo en su casa. Según fuentes policiales, la niña dejó una nota en la que se quejaba de haber sido «torturada» por la monja.
Si es declarada culpable de los cargos, la hermana Mercy podría enfrentarse a una pena de hasta diez años de prisión.
El 5 de febrero, cuando empezaron a correr rumores tras el hallazgo del cadáver de la niña, una multitud de activistas nacionalistas hindúes se concentró frente a la escuela católica a la que asistía la niña, exigiendo la detención de la hermana Mercy y de la directora de la escuela, que también es monja carmelita.
Tras las detenciones, la policía cerró la escuela y ha desplegado personal para vigilarla hasta que se estabilice la situación.
Portavoces de la iglesia local han negado los cargos contra la Hermana Mercy.
«Aún no está claro si la nota de suicidio es original. Pero las acusaciones contra la monja son falsas», declaró a Crux el padre Lucian Kujur, director de educación de la diócesis de Ambikapur.
Según Kujur, la hermana Mercy en realidad nunca tuvo a la niña fallecida en clase, ya que enseña en el nivel secundario de la misma institución, llamada Carmel School, que tiene más de 8.000 alumnos de ambos sexos.
El único contacto entre la monja y la niña, según Kujur, se produjo cuando la hermana Mercy la encontró a ella y a otras tres niñas pasando el tiempo en un cuarto de baño en lugar de asistir a clase. Entonces recogió sus carnés de identidad, dijo Kujur, y les indicó que regresaran al día siguiente con sus padres para reunirse con el director.
Kujur añadió que no hay quejas contra la hermana Mercy y que no tuvo ninguna otra interacción con la niña que se quitó la vida.
El hermano Shaji Joseph, director de otra escuela católica de Ambikapur, difundió un mensaje de WhatsApp en el que también defendía a la monja acusada, afirmando que «lo que ocurrió en realidad no tiene nada que ver con tantas historias que circulan por ahí».
Joseph achacó la detención a la presión creada por los activistas hindúes.
«Cuando saltó la noticia [del suicidio], las famosas organizaciones conocidas por todos se volvieron muy activas durante toda la noche trabajando para reunir a la multitud frente a la escuela y crearon un enorme problema en la ciudad», escribió. «La detención de la hermana se hizo inicialmente para apaciguar a la multitud y restablecer la normalidad».
Joseph dijo que inicialmente las hermanas carmelitas no tenían un abogado con el que ponerse en contacto, pero que actualmente están buscando opciones y esperan que la hermana Mercy pueda quedar pronto en libertad bajo fianza.
«He escrito esto para tomar conciencia de cómo las pequeñas acciones pueden llegar a ser tan malas en estos momentos», escribió. «Por favor, recen por las hermanas del Colegio Carmelo, y muy especialmente por la hna. Mercy».
El obispo de Ambikapur, Antonis Bara, también expresó su preocupación por el niño del caso.
«Mi más sentido pésame a la familia por la trágica pérdida de su hijo. Compartimos su dolor y les brindamos nuestro apoyo», declaró a Crux. Nuestras oraciones están con la familia. Que Dios les dé fuerza y consuelo en estos momentos difíciles. También pedimos justicia para la hermana Mercy», declaró Bara.
El estado de Chhattisgarh está gobernado por el partido hindú de derechas BJP del primer ministro Narendra Modi, y los cristianos locales dicen que se han enfrentado a una presión cada vez mayor, incluidos cargos en virtud de las leyes anticonversión del estado por presunto proselitismo ilícito, especialmente entre los miembros pobres de los grupos tribales indígenas.
En 2022, más de 1.000 cristianos tribales se vieron obligados a huir de sus hogares en Chhattisgarh cuando un grupo de radicales hindúes los asaltó, saqueó sus casas, destruyó las cosechas e incluso interfirió en el entierro de sus muertos.
La nueva detención en Chhattisgarh se produjo justo cuando los obispos católicos de la India concluían una asamblea plenaria en Bangalore, en la que el aumento de los ataques y el acoso a instituciones y personal cristianos en el país fue uno de los temas principales. Entre otras cosas, los obispos se quejaron de la destrucción de hogares e iglesias y del acoso a quienes trabajan en orfanatos, albergues e instituciones educativas y sanitarias por «falsas acusaciones de conversión».
Al mismo tiempo, el recién elegido líder de la Iglesia siro-malabar de la India, el arzobispo mayor Raphael Thattil, se reunió con Modi el 9 de febrero, en lo que Thattil describió como una conversación «cordial» y «amistosa» en la que no se trataron asuntos políticos ni se incluyó en la agenda la posibilidad de una visita papal a la India.
Aunque algunos observadores objetaron que Thattil se reuniera con Modi sin presionarle sobre la persecución anticristiana, el prelado defendió el encuentro.
«Cuando se elige a un gobierno, es nuestra responsabilidad cooperar con él», afirmó.
Los críticos con el predecesor de Thattil al frente de la Iglesia siro-malabar, el cardenal George Alencherry, le acusaron, entre otras cosas, de haber cultivado una relación cordial con el BJP y los aliados de Modi a cambio de favores políticos, especialmente en el estado meridional de Kerala, donde tiene su sede la Iglesia.
