(Vatican.news/InfoCatólica) El «lugar histórico» de Sant'Onofrio en Roma ya no tiene espacio para nuevas ampliaciones ni para ofrecer mejoras en las actividades sanitarias o de investigación. Por lo tanto, para el Hospital Pediátrico Bambino Gesù, el futuro parece abocado a la apertura de un nuevo centro en la zona que en su día fue el Hospital Carlo Forlanini, inaugurado en los años 30 como la primera gran estructura del mundo dedicada exclusivamente al tratamiento de la tuberculosis y luego transformada a lo largo de las décadas en un recinto polivalente, hasta su cierre en 2015.
Ante esta situación, con la firma de la «Declaración de Intenciones» suscripta el jueves 8 de febrero por el cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, y el subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, Alfredo Mantovano -en una ceremonia al margen de la Conferencia sobre el 40º aniversario del Concordato-, el Gobierno italiano y el Vaticano han decidido ofrecer al Hospital Pediátrico un nuevo espacio en el que desarrollar sus actividades, que una nota conjunta define como «de absoluta excelencia en el campo de la asistencia sanitaria pediátrica y de la investigación biomédica», a «nivel nacional e internacional».
Para iniciar el proceso que llevará al Bambin Gesù a operar en el antiguo edificio Forlanini, que ha sido identificado y reconocido como «uno de los lugares más idóneos para la construcción de la nueva sede», el documento establece los objetivos sobre los que las partes deberán trabajar a partir de ahora, empezando por la «definición de la arquitectura normativa necesaria que favorezca la realización de las intervenciones y la plena sostenibilidad económica de la operación», explica el comunicado.
Los pasos a dar serán «la adquisición -por un precio a establecer- por parte de la Santa Sede de la zona y el edificio conocido como complejo Forlanini a la Región del Lacio; la concesión por parte de la Santa Sede al Instituto Nacional de Seguros de Accidentes de Trabajo (INAIL) del derecho de superficie, por un periodo y un valor a acordar por las partes; la construcción por parte del INAIL del nuevo hospital; y el arrendamiento por parte del INAIL del nuevo complejo hospitalario, a cambio de un canon que remunere la inversión del INAIL. Por último, se acuerda entre la Santa Sede e Italia la transferencia de las inmunidades previstas en los artículos. 15 y 16 del Tratado de Letrán a los nuevos locales del Bambino Gesù».
La Declaración hace referencia al inicio de un intercambio entre las partes sobre el destino de la sede histórica de Sant'Onofrio, teniendo en cuenta la actual función socio-médica del complejo y previendo también el «derecho de tanteo» (prioridad) a favor del Estado italiano.
Al comentar con los periodistas el contenido de la Declaración, el Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros, Mantovano, afirmó que la decisión conjunta «es el resultado de la voluntad común de ofrecer espacios adecuados en primer lugar a los niños con enfermedades graves, a sus familias, a los médicos que piensan tratarlos y a la actividad investigadora». Se trata «de un camino bastante complejo desde el punto de vista jurídico y económico, pero que respeta plenamente el espíritu del Concordato», aseveró. Esto se ve con la «copresencia de realidades diferentes que, sin embargo, persiguen las mismas intenciones, ante todo el cuidado de los más frágiles».
«El objetivo es abrir el hospital antes de 2030, para dotar al Hospital Bambin Gesù de espacios al menos cuatro veces mayores que los actuales que hoy en día no permiten al hospital desarrollar el potencial por el que es conocido en todo el mundo», subrayó.