(NCRegister/InfoCatólica) El Papa ha suprimido la antigua Prefectura Apostólica de Yiduxian, que había estado vacante desde 2008, y la ha reemplazado con la Diócesis de Weifang, que toma su nombre de la ciudad de nivel de prefectura con más de 9 millones de habitantes en la provincia central de Shandong en China.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede dijo que el Papa Francisco estableció la diócesis el 20 de abril de 2023, «con el deseo de promover el cuidado pastoral del rebaño del Señor y atender de manera más efectiva su bien espiritual».
Las fronteras diocesanas han sido motivo de disputa entre el Vaticano y China desde las décadas posteriores a la llegada al poder del Partido Comunista Chino, cuando comenzaron a redibujarse las líneas diocesanas.
La creación por parte del Papa de la diócesis de Weifang acepta las fronteras diocesanas redibujadas por Pekín.
La Iglesia Católica tiene 147 jurisdicciones eclesiásticas en China, con 20 arquidiócesis, 97 diócesis, 28 prefecturas apostólicas y dos administraciones eclesiásticas. Sin embargo, el gobierno del Partido Comunista Chino ha afirmado que solo existen 104 diócesis en la China continental y ha redibujado las fronteras.
Las fronteras diocesanas chinas han sido un tema clave en las negociaciones en curso entre la Santa Sede y Pekín. Lo sucedido apunta a que Roma asumirá lo que digan los comunistas chinos en cuanto al número y configuración de las diócesis católicas del país.
Seis mil fieles
La diócesis de Weifang se extiende desde Qingzhou hasta Gaomi, abarcando el área metropolitana de la ciudad de nivel de prefectura de Weifang. Su catedral es la Catedral de Cristo Rey, ubicada en Qingzhou al oeste de la ciudad de Weifang.
Según el Vaticano, alrededor de 6,000 católicos viven en la nueva diócesis, que tiene una población total de 9.39 millones de personas y es atendida por 10 sacerdotes y seis monjas. Weifang es una diócesis sufragánea de la archidiócesis de Jinan.
La diócesis reemplaza a la antigua Prefectura Apostólica de Yiduxian, que fue creada el 16 de junio de 1931, por el Papa Pío XI, quien confió su administración a misioneros franciscanos de Francia.