(Zenit/InfoCatólica) Solo tras la liberación de los Países Bajos y al final de la segunda guerra mundial, mientras se dedicaba al cuidado de los ex prisioneros que en los campos de exterminio nazi habían enfermado de tuberculosis, supo que su madre y su hermano menor habían sido deportados y asesinados – el padre había muerto antes – en un lager, mientras que la hermana mayor Hannah se había salvado refugiándose en Haifa.
“Yo también, en 1946, me transferí a Palestina – añadió – donde he luchado por la coexistencia pacífica entre hombres de diferentes culturas y religiones. En 1957 volví a Alemania para ocuparme de niños discapacitados”.
Cäcilie es además fundadora y presidenta, ahora honoraria, de la asociación Child survivors Deutschland, para aquellos niños supervivientes de la Shoah que – ahora ancianos - llevan aún en la piel y en la psique los signos de las traumáticas experiencias de aquellos años.