(InfoCatólica) Innumerables Conferencias episcopales, e incluso continentes enteros como África han dicho no a la Declaración «Fiducia Supplicans» emitidas por el Cardenal «Tucho» Fernández el 18 de diciembre y aprobada por el Papa Francisco.
En la declaración se inventan nuevas bendiciones, que el Cardenal denomina «pastorales», en un documento, que como no podía ser de otra manera, está desconectado de la Escritura, la Tradición o el Magisterio de la Iglesia, tanto reciente como lejano. Unas bendiciones que no son bendiciones, a parejas que no son parejas para hacer algo que ya hacía la Iglesia, bendecir al pecador y no al pecado. Es suficiente con ver las notas a pie que intentan justificar las afirmaciones.
El documento, además, declaraba, en lo que muchos han considerado de un modo prepotente, que era suficiente en sí mismo y que no necesitaba ninguna aclaración posterior. La realidad trituró esta imprudente afirmación del Cardenal y aprobada por el Papa Francisco. Aunque Tucho y los palmeros habituales sostenían que estaba todo claro: laicos, sacerdotes, religiosos, obispos, cardenales, conferencias episcopales al completo e incluso un continente decían lo contrario: como mínimo ambiguo, cuanto no blasfemo o que socava gravemente a la Iglesia, contraria a la fe y la Tradición. El impacto ecuménico ha sido devastador, dicho tanto por otras confesiones como por la propia Iglesia.
El Cardenal Tucho se lanzó con su locuacidad habitual a enviar entrevistas, por escrito y sin posibilidad de repregunta, que después fueron agrupadas en una nota refrito de «los mejores momentos» del Cardenal. La Nota oscureció todavía más. E incluso advertía a los obispos de que no pueden prohibir a los sacerdotes bendecir las uniones pecaminosas.
La nota de toda la Iglesia en África, consensuada con el Papa Francisco, mostraba que de nuevo el Cardenal Fernández no estaba diciendo la verdad, en África no se va a aplicar, como tampoco en muchas otras diócesis del mundo. Aun después de la supuesta nota clarificatoria, las manifestaciones distanciándose de la Declaración continúan, la última la de los obispos de Holanda.
Las dudas prosiguen, a pesar de los intentos de la clac, que ya se han quedado sin argumentos. Al menos Fiducia Supplicans ha decantado a muchos clérigos.
El 2 de enero, el Register formuló una serie de preguntas al cardenal Fernández en las que pedía aclaraciones sobre la redacción del documento y otros aspectos.
Según informa el periodista Edward Pentin, entre ellas se incluía la definición del significado de «pareja» y en qué se diferencia de una «unión», qué obstáculos existen para bendecir a grupos de otras personas implicadas en actividades sexualmente inmorales, si se condenarán los aparentes abusos del documento por parte del padre Martin y otros, y por qué no se realizó una consulta más amplia sobre el documento y cómo puede cuadrar eso con la sinodalidad.
Hasta la fecha, el cardenal no ha respondido a estas preguntas, a pesar de habérselo solicitado en repetidas ocasiones. Ha respondido en otras ocasiones cuando el diario ha enviado preguntas.