(Asia News/InfoCatólica) En declaraciones a la agencia AsiaNews, el cardenal Sako advirtió que estamos ante una «violencia que se prolonga desde hace mucho tiempo, que no tiene sentido y no conduce a ningún resultado, salvo el de alimentar una situación de tensión. No cambia la realidad, más bien la complica» y se hace cada vez más frágil la vía «del diálogo y de la diplomacia», sofocada por el «ruido ensordecedor de las armas». «Toda guerra - advierte - comporta una tragedia humana espantosa y la responsabilidad recae en los países líderes. Todos los dirigentes deben superar la cadena de divisiones, venganzas, violencia, conflictos y guerras».
En el ataque que lanzó la República Islámica del otro lado de la frontera con Irak, en una zona de mayoría kurda, se registró también la muerte de un cristiano, Mikhail Sridar, miembro de una familia «influyente y respetada» originaria de Mosul, que se había afirmado a lo largo de los años estableciendo negocios desde Londres hasta los Emiratos Árabes Unidos. El Patriarca dice que no cabe hacer distinciones entre víctimas:
«Ni los cristianos ni los musulmanes queremos hacer distinciones: aquí se ataca sin motivo alguno a hombres y mujeres, hermanos y hermanas que pierden la vida. No sabemos qué tenían en mente los que atacaron pero lo que queda en el terreno son los muertos».
El Papa condenón también el ataque iraní y advirtió que lo que está ocurriendo desde Gaza hasta el Líbano, desde Siria hasta Yemen, está convirtiendo la región en un territorio cada vez más precario e inseguro.
Estos frentes, apunta el cardenal Sako, «pueden provocar que se extienda la guerra, y eso es terrible».
«Hay ataques casi todos los días, mientras que la política internacional carece de seriedad y no encuentra soluciones. Observan desde fuera pero son incapaces de tomar medidas claras y contundentes para resolver estos problemas en Oriente Medio, como está ocurriendo con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Y eso podría legitimar otros ataques de países fuertes contra entidades más pequeñas. Incluso Estados Unidos habla de democracia, pero ¿dónde se encuentra esta democracia? Cada país persigue sus propios intereses, ciertamente no los derechos humanos. E incluso el papel de los sabios del mundo, de los líderes religiosos en este momento se limita sólo a hacer discursos contra las guerras, pero no supone acciones concretas para respetar la vida y los derechos de los demás, mientras aumenta cada vez más el riesgo de una guerra con connotaciones incluso religiosas entre judíos y musulmanes, que involucraría a los cristianos orientales».
Mientras tanto, Teherán ha declarado que el lanzamiento de misiles contra Erbil (e Idlib en Siria) no está relacionado con la guerra en Gaza, pero la influencia es innegable, y no ha pasado desapercibido que la distancia con la provincia siria afectada es la misma que separa la frontera iraní de Tel Aviv. Lo cierto es que en la (supuesta) operación contra «una base secreta del Mossad israelí» - según la nota oficial iraní - murieron cinco civiles kurdos, entre ellos una niña pequeña, y un cristiano.
«Estos ataques - explica a AsiaNews el ex diputado cristiano Yonadam Kanna, presidente y fundador del Assyrian Democratic Movement - violan la soberanía iraquí», aunque es responsabilidad de Irak hacer lo necesario para «frenar cualquier amenaza contra Irán y Turquía»:
«Las fuerzas turcas luchan contra el PKK en las montañas, lejos de las ciudades, pero la amenaza es «real» para los habitantes de las aldeas, que se ven «obligados a abandonarlas y escapar. Por el contrario, los objetivos iraníes están en las ciudades o cerca de ellas. Pero como señaló un asesor irakí de seguridad nacional, no hay ningún centro del Mossad« en la zona atacada de Erbil. Por eso el ataque podría leerse como una especie de presión sobre las autoridades del Kurdistán
Y en este contexto, concluye el ex diputado, los cristianos «sufren mucho más, debido a las políticas discriminatorias y los problemas legislativos [como la ley electoral que vacía la representatividad], que aumentan el nivel de pobreza y empujan a la emigración».
Por último, también se abre un frente sudoriental para Irán tras un ataque con misiles y drones en territorio paquistaní que el Gobierno de Islamabad ha calificado de ilegal y en el que habrían muerto al menos dos niños y tres más habrían resultado heridos. La República Islámica habría atacado dos bases del grupo yihadista Jaish ul-Adl, vinculado a Al Qaeda, pero las víctimas civiles podrían desencadenar una nueva escalada en un contexto ya marcado por graves conflictos y profundas divisiones. En este sentido se puede leer el llamado a la moderación que ha hecho Beijing a Teherán y a Islamabad, a través de la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, quien pidió «evitar acciones que puedan conducir a una escalada, trabajando juntos para mantener la paz y la estabilidad».
Tanto la República Islámica como Pakistán son aliados de Beijing y miembros de la OCS, la Organización de Cooperación de Shanghai liderada por China. Para Islamabad, el ataque es un acto totalmente inaceptable porque no está relacionado con provocaciones provenientes de su territorio. Por el contrario, Teherán se apresuró a subrayar su respeto por la integridad de otros países, incluidos Irak y Pakistán, pero añadió que está dispuesto a reaccionar ante cualquier amenaza procedente del exterior.