(CatholicWeekly/InfoCatólica) Las Obras Misionales Pontificias y Ayuda a la Iglesia Necesitada instan a los cristianos a rezar por la paz en Nicaragua en medio de la represión contra la Iglesia católica y el encarcelamiento de sacerdotes y obispos.
Las dos organizaciones convocan una novena a la Inmaculada Concepción de María, a partir del 14 de enero, en respuesta a un llamamiento del Papa Francisco por la paz y el diálogo en el país centroamericano.
«Esta iniciativa pretende reunir en oración a los católicos de todo el país, haciéndose eco de la preocupación del Santo Padre por el pueblo nicaragüense y los desafíos que enfrenta», señalaron las organizaciones en un comunicado del 11 de enero.
«Al atender el llamado del Papa Francisco, no sólo estamos rezando por Nicaragua; estamos solidarizándonos con nuestros hermanos y hermanas en su momento de necesidad», dijo Inés San Martín, vicepresidenta de comunicaciones de la oficina estadounidense de las Obras Misionales Pontificias.
«Esta Novena es una oportunidad para unirnos en la fe y la acción, encarnando la compasión y el amor que está en el corazón de nuestra misión como católicos».
El Papa Francisco expresó recientemente su preocupación por Nicaragua después de rezar el Ángelus el 1 de enero.
«He seguido con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de libertad. Expreso a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia en el país mi cercanía en la oración», dijo el Papa el 1 de enero.
«Invito también (...) a todo el Pueblo de Dios, a rezar con insistencia, mientras espero que se busque siempre el camino del diálogo para superar las dificultades. Recemos hoy por Nicaragua», dijo el Pontífice.
La iniciativa de oración se produce en medio de una oleada de detenciones en Nicaragua, con al menos una docena de clérigos detenidos en sus parroquias y residencias entre el 28 y el 31 de diciembre. Hasta la fecha, dos obispos, 13 sacerdotes y tres seminaristas permanecen entre rejas, según la abogada nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, que ha seguido de cerca los ataques contra la Iglesia católica en Nicaragua.
El obispo de Siuna, Isidoro Mora, fue detenido en diciembre cuando se dirigía a una parroquia con dos seminaristas tras celebrar una misa en la diócesis de Matagalpa, en la que expresó su apoyo espiritual al líder local encarcelado, el obispo Rolando Álvarez.
El 2 de enero, el gobierno nicaragüense hizo públicas unas fotografías en las que se veía al obispo Álvarez -que lleva más de 500 días entre rejas- recibiendo atención médica y afirmaba que el chequeo había revelado que sus constantes vitales estaban bien.
Las fotos siguieron a las críticas del portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, quien declaró el 2 de enero: «Las autoridades nicaragüenses han mantenido aislado al obispo Álvarez, han bloqueado la evaluación independiente de las condiciones de su encarcelamiento y han difundido vídeos y fotografías escenificados que no hacen sino aumentar la preocupación por su bienestar».
Se desconoce el estado de los sacerdotes retenidos, aunque se sabe que al menos uno de ellos padece una enfermedad que requiere atención médica, según Molina.
El presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han calumniado a los líderes eclesiásticos de «terroristas» y «golpistas», al tiempo que se han opuesto a que los sacerdotes abran sus parroquias a los manifestantes que huyen de la represión policial y paramilitar.
«Es falso que haya persecución religiosa. Si detienen a un sacerdote, será por algo. Eso no es persecución religiosa. Durante siglos y debido a las arcas abiertas, se han creído por encima de las leyes, y algunos jerarcas incluso por encima del Rey de Reyes», dijo Murillo recientemente en comentarios recogidos por medios nicaragüenses.
Los nicaragüenses profesan una especial devoción a la Inmaculada Concepción, cuya festividad de diciembre se celebra ampliamente en todo el país. El régimen de Ortega-Murillo ha prohibido las procesiones y las manifestaciones públicas de piedad, mientras que la policía vigila subrepticiamente las homilías de los sacerdotes.
«Lo más importante que hacemos en respuesta a los sufrimientos de obispos, sacerdotes y fieles en Nicaragua es rezar», dijo el padre Roger J. Landry, asistente eclesiástico de Ayuda a la Iglesia Necesitada USA.
«Como los primeros discípulos de Jesús en el Cenáculo, nos acurrucamos en torno a la Virgen pidiendo que Dios fortalezca a nuestros hermanos nicaragüenses y escuche sus oraciones y las nuestras para que cese la persecución. Lo hacemos conscientes de cuántas veces la Virgen, con sus poderosas oraciones y lágrimas, ha acudido en ayuda de sus hijos e hijas que sufren».
