(Aica/InfoCatólica) «México enfrenta enormes desafíos que nos duelen y nos preocupan: la violencia, la corrupción, las desigualdades, la polarización política, el desempleo… y tantas familias que no logran salir adelante», aseveró monseñor Cabrera.
Para el nuevo año, los obispos invitan a inspirarse e iluminarse en las acciones de la encíclica Fratelli tutti del papa Francisco, que debe considerarse una «verdadera hoja de ruta para construir la fraternidad y la amistad social»,
Los prelados mexicanos manifiestan que «no podemos quedarnos en el pesimismo estéril ni en los fatalismos destructivos», como afirma Mons. Gustavo Rodríguez, vicepresidente de la CEM, pues «como cristianos estamos llamados a ver más allá y encender esa luz gentil de la esperanza de la que nos habla el Papa Francisco».
Violencia sin control
En México, 2024 comenzó de la misma manera que terminó 2023, marcado por una violencia cada vez más generalizada y descontrolada. A una semana de 2024, ya se registraron masacres en el estado de Guerrero, ataques armados, bloqueos de carreteras y quemas de vehículos en Guanajuato, el asesinato de un niño en Sinaloa y el asesinato de tres precandidatos en Chiapas, Colima y Morelos.
El año 2023 terminó con el secuestro de 14 personas en Taxco, Guerrero, entre el 23 y 27 de diciembre, y la masacre de 11 jóvenes en Salvatierra, Guanajuato.
Entre los lineamientos pastorales de la Iglesia mexicana para los próximos meses se encuentran: la consolidación de una cultura de paz, a través de iniciativas concretas como el Compromiso Nacional por la Paz que la Iglesia propuso a la sociedad mexicana; el fortalecimiento de los procesos sinodales en comunidades y diócesis; la promoción de la cultura vocacional y ministerial; el acompañamiento de familias y nuevas vidas; atención humanitaria y espiritual a los migrantes; el llamado al discipulado de adolescentes y jóvenes.