(Zenit/InfoCatólica) Un estudio reciente examina la problemática relacionada con el diagnóstico y la prevención del cáncer de mama, cuello uterino y próstata en individuos transgénero tras completar su proceso de transición de género. Gene De Haan, MD, obstetra y ginecólogo en la Oficina Médica Interestatal Este de Kaiser Permanente en Portland, Oregón, presentó resultados de su investigación durante el Congreso Mundial de Ginecología y Obstetricia FIGO 2023. Se ha centrado en la posible conexión entre la terapia hormonal empleada durante la transición de género y un incremento en el riesgo de cáncer, particularmente el tipo hormono-dependiente.
El especialista mencionado aseguró que las pruebas de detección de cáncer de mama, cuello uterino y próstata deben continuar para los pacientes transgénero después de que hagan la transición a su nueva identidad, pero los métodos de detección deben adaptarse. Afirmó, en respuesta en respuesta a una creciente preocupación entre los pacientes transgénero, sobre si la terapia hormonal utilizada para la transición de género está asociada con un mayor riesgo de cáncer, que «los datos a largo plazo son limitados, pero los datos que tenemos son tranquilizadores». No obstante lo cual De Haan recomienda continuar las pruebas de detección precoz del cáncer de mama para hombres y mujeres transgénero, así como las pruebas de detección precoz del cáncer de próstata para las mujeres transgénero.
Respecto a esta preocupación, otros investigadores sostienen que, como resultado del tratamiento hormonal, las mujeres transgénero (hombres que han pasado por una transición de género hacia lo femenino) experimentan un considerable aumento en el desarrollo del tejido glandular mamario. Este desarrollo incluye la proliferación de ductos, lóbulos y acinos que son histológicamente indistinguibles de los de una mama femenina típica.
Cuestiones conocidas y cuestiones debatidas
Además, desde hace décadas se tiene conocimiento de que los estrógenos son un factor de riesgo significativo para el cáncer de mama. Por lo tanto, resulta lógico suponer que las mujeres transgénero podrían enfrentar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con sus contrapartes masculinas que no han recibido tratamiento hormonal.
La transición de género de varón a mujer podría aumentar la prevalencia de cáncer de mama en comparación con la población masculina equivalente, aunque seguiría siendo considerablemente inferior a la de la población femenina. Con la tendencia de iniciar el tratamiento hormonal a una edad más temprana, se prevé un mayor tiempo de exposición del epitelio mamario a los estrógenos, aumentando el riesgo de cáncer en el futuro.
Las recomendaciones de detección temprana deben adaptarse tras la transición, sugiriendo la detección del cáncer de mama para hombres y mujeres transgénero, y la del cáncer de próstata para mujeres transgénero. Para estas últimas, las recomendaciones femeninas se aplicarían después de cinco años de terapia hormonal. La detección en mujeres transgénero puede ser complicada debido al desarrollo del tejido mamario, siendo los implantes un factor adicional.
Las mujeres que han iniciado una masculinización deben realizarse mamografías si no han tenido mastectomía, ya que el riesgo persiste. La mastectomía en varones transgénero difiere de la realizada en mujeres de alto riesgo para prevenir el cáncer de mama. La valoración bioética destaca los efectos secundarios y riesgos asociados a los agresivos procedimientos de transición de género, instando a una evaluación integral de la salud del paciente y considerando alternativas menos invasivas para abordar la disforia de género.