Francisco es el sexto Papa de más edad de la historia
El Papa Francisco celebra sus 87 años en el Aula Pablo VI | © Vatican Media

Desde su cumpleaños a principios de esta semana

Francisco es el sexto Papa de más edad de la historia

Pese a sus problemas de salud y a un pontificado aún relativamente corto, el Papa Francisco está entre los más ancianos que ha tenido la Iglesia y es el de mayor edad de la historia reciente.

(InfoCatólica) El pasado domingo, 17 de diciembre, el Papa Francisco celebró su 87º cumpleaños. Aunque habitualmente imaginamos a los papas como personas de edad avanzada, lo cierto es que la edad del Papa Francisco es excepcional en comparación con otros pontífices cercanos y lejanos en el tiempo. En efecto, desde su reciente cumpleaños, Francisco es el Papa más anciano de los últimos cien años y el sexto más anciano de la historia.

El primer puesto de esta lista corresponde al Papa León XIII, que vivió hasta los 93 años y medio y murió poco después de comenzar el siglo XX. Tras él se encuentran Gregorio XII (92 años), Celestino III (también 92 años), Lucio III (88 años), Clemente XII (casi 88 años) y el propio Papa Francisco. Curiosamente, el Papa Benedicto XVI, que se encuentra en la octava posición en la lista, habría podido ser el papa más anciano de la historia, ya que murió a los 95 años de edad, pero renunció al papado a los 85 años, cuando tenía un año y dos meses menos que el Papa Francisco en la actualidad.

Conviene señalar que el pontificado del Papa Francisco, al menos por el momento, no es de los más largos de la historia y aún no ha llegado a los 11 años (el más prolongado, el de Pío IX, duró 31 años; el segundo, correspondiente a Juan Pablo II, alcanzó los 26 años). Sin embargo, Francisco fue elegido a una edad ya considerable, con 76 años.

La avanzada edad del Papa Francisco es aún más llamativa si tenemos en cuenta que el pontífice arrastra una larga historia de significativos problemas de salud. En 2007, siendo cardenal, un fuerte ataque de ciática le impidió participar en un consistorio y le impidió volver a la Argentina durante varios días. Esa dolencia, unida a problemas de rodilla, resurge en ocasiones y le obliga a utilizar bastón o silla de ruedas. En 2019, ya como Papa, fue operado de cataratas y, en 2021, le extirparon 33 centímetros de colon a causa de una diverticulitis. En 2022 se vio obligado a suspender sus viajes a Sudán del Sur y a la República Democrática del Congo por problemas de rodilla. En su juventud, fue necesario extirparle parte de un pulmón, lo que no es necesariamente un peligro, pero afecta a su capacidad pulmonar y hace más preocupantes las posibles infecciones respiratorias. En marzo de este mismo año, el Papa fue hospitalizado por una infección que afectaba a las vías respiratorias. En junio se sometió a una cirugía abdominal en el hospital Gemelli causada por una hernia, que requirió nueve días de recuperación hospitalaria. En noviembre se contagió de gripe y volvió a sufrir una «inflamación del tracto respiratorio», lo que le obligó a cancelar sus viajes cercanos.

Debido a estos problemas de salud y al precedente marcado por su inmediato antecesor, ha habido rumores sobre una posible «jubilación voluntaria» del Papa Francisco desde casi el comienzo de su pontificado. El propio pontífice ha señalado varias veces que podría jubilarse si no se encontrara en condiciones de dirigir la Iglesia e incluso reveló el año pasado que, desde 2013, existe una carta de dimisión firmada por él, que solo tendría efecto si quedase «impedido». No obstante, en la práctica ha rechazado siempre que el momento de jubilarse hubiera llegado o estuviese cerca.

 

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