(Ecclesia/InfoCatólica) «Nosotros no presentamos ninguna cifra en números absolutos y tampoco aparece en el propio Informe del defensor del Pueblo. Es un delirio estadístico». «No puede salir de una encuesta, porque era un sondeo para poder conocer una realidad que ha sucedido y darle voz a las víctimas, escucharlas en su relato», ha asegurado Michavila a Carlos Herrera.
El presidente de GAD3 ha subrayado que la dinámica de la encuesta «no está hecha para sacar números absolutos porque no encajan con la realidad social. La mayoría de los casos se realizaron entre los años 60 y 70, donde no había curas suficientes en España para cometer tantos delitos».
De hecho, ha explicado, que esta encuesta es «muy esperanzadora, porque pese a que siga habiendo delitos, la propia Iglesia se está defendiendo contra ello» y dentro de la propia Iglesia, «la organización más grande y con más realidades que hay en España, los delitos de abuso no llegan ni al 1%». Dicho lo cual, Michavila ha insistido en que «es bueno que se conozcan todos los datos de la encuesta, porque el trabajo del defensor del Pueblo ha sido muy profesional y demuestra también el gran trabajo de prevención que ha hecho la Iglesia».
Este mismo estudio sobre abusos, ha profundizado, «si se hubiera hecho en cualquier otra organización con miles y miles de personas, también habrían aflorado santos y villanos». Esta revela, entre otras cosas, que el 11,7% de las personas entrevistadas afirman haber sufrido abusos sexuales, antes de cumplir 18 años. Un 3,36% manifiesta que ese abuso se produjo en el ámbito familiar. Asimismo, la encuesta de GAD3 también concluye que el 0,6% de la muestra representativa de la población encuestada ha sido agredida sexualmente por un sacerdote o religioso católico, y un 1,13 % que la agresión se registró en el ámbito religioso.
En su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria este 20 de noviembre, el cardenal Juan José Omella, siguiendo lo ya indicado el pasado 18 de octubre, manifestó «el dolor y el malestar» que han sufrido los obispos «ante la difamación pública causada por una intencionada y errónea extrapolación, realizada por algunos medios de comunicación». El presidente de la CEE quiso expresar su «intensa decepción por la citada extrapolación y por la dudosa fiabilidad de los resultados presentados de dicha encuesta».