(CEU/InfoCatólica) El director del Congreso Católicos y Vida Pública, Rafael Sánchez Saus, y el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, han sido los encargados de clausurar esta 25 edición. En palabras de este último:
«Es el momento de compartir, de seguir adelante con estas iniciativas que nos dan un espíritu claro de comunidad, en el sentido de compartir lo común, que es nuestra fe, y seguir mostrándola en el mundo siguiendo el mandato de la evangelización».
Asimismo, Bullón de Mendoza ha destacado el lema de este congreso: Evangelizar, «especialmente exigente, pero no es otra cosa que el mandato que se nos exige a todo aquel que tiene fe». Esta última jornada del Congreso ha contado, además, con una misa oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo.
En la jornada de ayer, el fundador y CEO de Mary´s Meals y Premio Princesa de Asturias, Magnus Macfarlane-Barrow, impartió la conferencia correspondiente a la tercera jornada del Congreso. Bajo el título: ‘La caridad y el arte de vivir con generosidad’, Macfarlane-Barrow recordó los orígenes de esta organización benéfica a través de experiencias personales y en el que quiso resaltar la necesidad de que «hoy, más que nunca, necesitamos evangelizar a través de la acción; la gente joven necesita vernos vivir auténticamente nuestra fe». En este sentido, ante el riesgo de pobreza y malnutrición en la que viven millones de niños, Macfarlane-Barrow subrayó la importancia de entender que todos podemos aportar algo: «Cada pequeño acto de caridad tiene un enorme valor y permite lograr grandes resultados».
Jornada del sábado
«Los organismos internacionales han pasado de ser la promesa de un mundo en paz, con el nacimiento de la ONU tras la II Guerra Mundial, a convertirse en el organismo que dirige la ideología de las últimas décadas: el universalismo». Así lo manifestó Sebastián Schuff, presidente del ‘Global Center for Human Rights’, en su conferencia celebrada ayer.
Para Schuff, Naciones Unidas se ha rendido a la imposición de una ideología que ha definido como «universalismo». «Muchos lo identifican con el globalismo, pero va más allá porque abarca, además de lo político, lo cultural y lo religioso, es la ideología de las élites dominantes, que quieren imponer su agenda a gobiernos y países», ha apuntado.
Schuff también ha alertado de que «el progresismo es una parte esencial de esta ideología, que contiene una visión lineal de la historia en la que los progresistas son los designados para hacer avanzar y otros encargados de revertir esos cambios, a los que se denomina reaccionarios». Sin embargo, ha lanzado un mensaje de esperanza al manifestar la resistencia en los países iberoamericanos: «Si América Latina empieza a devolver lo que recibió de España, hay esperanza para cambiar esta influencia».
Papel de los laicos
Previamente había tomado la palabra el catedrático de Filosofía y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Juan Arana Cañedo-Argüelles, que abordó el papel del laico en la vida de la Iglesia, que a su juicio tendrá más protagonismo en el futuro en un contexto de «crisis de vocaciones religiosas»:
«La crisis de vocaciones religiosas y la fe refuerza el papel que va a tener el laico en la vida de la Iglesia, y le plantea el supremo desafío de asumir en plenitud el reto del sacerdocio común»
El catedrático recalcó que, «en una situación cada vez más marginal para la religión, los laicos deben ser conscientes de todo lo que representa el ejercicio adulto de la identidad cristiana, en un mundo que se ha desmoralizado, que ha perdido sus creencias».
En su discurso, don Juan explicó que «para un creyente, el proceso de descristianización que estamos atravesando es doloroso, especialmente cuando considera la felicidad y alegría desaprovechadas por tantos hombres y mujeres que no tienen oportunidad de vivir el liberador mensaje de Cristo».
Sin embargo, Juan Arana Cañedo-Argüelles ha señalado que «nos encontramos ante un desafío revitalizador, una situación en la que un católico también puede ver en las presentes circunstancias una oportunidad para renovar e impulsar algunas dimensiones de la fe que no habían sido suficientemente desarrolladas o que habían perdido parte de su prístina fuerza», ha sostenido.
Cultura cristiana en la actualidad
El Congreso acodió un Acto Cultural en el que participaron el escritor Enrique García-Máiquez; el cineasta José Luis López-Linares; y el profesor y escritor Alejandro Rodríguez de la Peña, conducidos por el economista Jorge Soley.
A lo largo de la charla entre los cuatro autores, se debatió acerca de la posibilidad de que exista una cultura cristiana en la actualidad. La primera de las cuestiones ha sido la necesidad de una presencia explícita de la fe en las obras artísticas para hablar de una cultura cristiana. García-Máiquez explicó que la propia Iglesia católica «tiene muchas moradas en las que caben todo tipo de estilos. Pero, ante una cultura dominante especialmente hostil, más explícita ha de ser la cultura católica». Por su parte López-Linares manifestó que «en mis películas siempre he tratado de que el trasfondo sea católico, pero cada vez me estoy volviendo más apologético». Finalmente, Rodríguez de la Peña comentó que, en su obra literaria, desarrollada en la Europa medieval, «no es necesario explicitar la presencia cristiana ya que es suficientemente elocuente».
Sobre la mesa se puso también el tema del silenciamiento de los autores que muestran su fe. López-Linares destacó que está demostrado que los documentales de temática religiosa han tenido un buen desempeño en ámbitos que no suelen frecuentar «como las salas de cine, lo que demuestra que hay una sed por parte del público hacia temas en los que se muestre la fe». Al mismo tiempo, apuntó que, en la pasada edición de los Goya, «los cuatro candidatos en la categoría de documental habían conseguido 4 mil espectadores; solo ‘Libres’ había llegado a 80 mil espectadores». En este sentido García-Máiquez señaló que «como contraste con lo dominante -eminentemente nihilista-, ya hacemos un bien».
Congreso Juvenil
El Colegio CEU Sanchinarro de Madrid acogió el Congreso Juvenil, en el marco del 25 Congreso de Católicos y Vida Pública, que congregó a más de 300 jóvenes de los colegios CEU y otros centros católicos de la capital. «El significado de ser cristiano es ser feliz con Dios, hay que ser misionero de la fe y transmitirla a los demás sin miedo y hay que aprender a perdonar», son algunos de los mensajes que se transmitieron».
Así, el influencer Pedro del Castillo habló de la importancia de la actitud ante la vida: «El valor de las personas es igual a sus conocimientos y las habilidades, pero lo que multiplico todo es la actitud». Y destacó que Dios nos quiere felices, incluso en las dificultades, en las que debemos buscar la belleza oculta. Para lograrlo, «debemos aceptar mi realidad, construir (la actitud), ser agradecido, tener ilusiones (marcar etapas, plantearse metas) y perdonar; la fe nos ayuda en todo esto».
El influencer Quique Mira, un joven del Regnum Christi, explicó cómo fue su conversión y cómo, a través de sus más de 15 mil seguidores en Instagram, comparte su vida en esta red desde la que trata de cambiar el mundo y transformar la sociedad en Cristo. «Hacen falta jóvenes que difundan el nombre de Cristo». Su homóloga Carlota Valenzuela lo tenía todo y, aun así, le faltaba algo. Durante su charla, relató cómo fue su peregrinación desde Finisterre a Tierra Santa, viaje al que se sintió llamada por Dios tras hacerle la pregunta: «¿Tienes algo para mí de lo que no me esté enterando?».
La madre Verónica Berzosa, fundadora y superiora de Iesu Communio, invitó a los jóvenes a mirar dentro de sí mismos para saber quiénes son y cuál es el sentido y valor de su existencia. «El único lugar para buscar esa respuesta está en el corazón de Dios. Todo lo que no se asemeje a un amor humano divino, no calmará nuestra vida». Por último, recordó que Dios nos pide ser testigos valientes, a pesar de las dificultades «ser testigos de Cristo».
La actual directora del Observatorio CEU de Víctimas del terrorismo, María San Gil, junto a Pablo Rodríguez Sierra, del equipo de CEU-CEFAS, concidieron en que la fe es esencial para perdonar y tener una paz que de otra manera no encontrarían. Por su parte, la psicóloga Isabel Rojas Estapé recordó que la felicidad completa y plena no se da en este mundo. «No hay que buscar la felicidad en todo, siempre y con todo el mundo. La felicidad consiste en jugar bien las cartas que tenemos, cerrar las heridas del pasado sin resentimiento y saber qué quiero en mi vida».
El Congreso Juvenil finalizó con una Hora Santa, amenizada por el grupo musical Hakuna.
