(Catholic Herald/InfoCatólica) Según cuenta Diane Montagna en el Catholic Herald, el cardenal Sarah aseveró que «la crisis de la Iglesia ha entrado en una nueva fase: la crisis del Magisterio».
Obispos y sacerdotes «parecen contradecirse» e imponen sus opiniones personales «como si fueran una certeza». El resultado, dijo el cardenal guineano, «es confusión, ambigüedad y apostasía. Una gran desorientación, un profundo desconcierto y unas incertidumbres devastadoras se han inoculado en el alma de muchos creyentes cristianos».
Sin embargo, haciendo hincapié en una distinción crucial, el cardenal Sarah dijo a los presentes y a los que seguían la retransmisión en directo (vídeo aquí): «Cuando hablamos de crisis en la Iglesia, es importante señalar que la Iglesia, como Cuerpo Místico de Cristo, sigue siendo 'una, santa, católica y apostólica'... La Iglesia, como continuación y extensión de Cristo en el mundo, no está en crisis. Somos nosotros, sus hijos pecadores, los que estamos en crisis», afirmó.
Basándose en el último discurso del Señor en el Evangelio de San Juan, el cardenal insistió además en que «el Magisterio auténtico, como función sobrenatural del Cuerpo Místico de Cristo, ejercido y guiado invisiblemente por el Espíritu Santo, no puede estar en crisis; la voz y la acción del Espíritu Santo son constantes, y la verdad hacia la que nos conduce es firme e inmutable».
En este contexto, elogió el nuevo Compendio de Mons. Schneider como una ayuda para aquellos «pequeños que están 'hambrientos del pan de la recta doctrina'», añadiendo que «también demostrará ser una herramienta importante en la esencial labor misionera de evangelización y apologética para anunciar la Verdad Salvadora de Jesucristo en nuestro mundo que tan desesperadamente la necesita».
Las declaraciones del cardenal Sarah, pronunciadas durante la última semana del «Sínodo sobre la Sinodalidad», se produjeron menos de un mes después de la publicación de una serie de preguntas (dubia) que él y otros cuatro cardenales enviaron al Papa Francisco antes de la asamblea vaticana del 4 al 29 de octubre, expresando sus preocupaciones y pidiendo aclaraciones sobre puntos de doctrina y disciplina.
Intervención del cardenal Robert Sara a partir del minuto 22