(Ohio Newsrrom/InfoCatólica) La Universidad tuvo que abrir una nueva residencia antes del comienzo del curso para acoger a los nuevos alumnos.
«Acabamos de comprar un hotel y lo hemos reformado en unas seis semanas para convertirlo en una residencia universitaria», explica John Herrmann, vicepresidente de gestión de inscripciones de la escuela.
La residencia ya está llena. Y eso es sólo una muestra del crecimiento récord de la universidad.
Durante los últimos siete años, la matriculación en dicha universidad franciscana ha ido en aumento, a pesar de que la matriculación en muchas universidades de Ohio está cayendo y las parroquias católicas del estado están cerrando debido en parte a la disminución del número de católicos practicantes.
«Seguimos superando todos nuestros objetivos y tenemos que encontrar lugares donde colocar a estas personas», afirma Herrmann. Eso no es algo que muchas universidades de Ohio puedan decir ahora mismo. De hecho, muchas se enfrentan al problema contrario.
Crisis demográfica
Entre 2010 y 2020, los datos del Departamento de Educación Superior de Ohio muestran que la matrícula en las universidades públicas y privadas del estado cayó alrededor de un 10%.
Todd Jones, presidente y consejero general de la Asociación de Colegios y Universidades Independientes de Ohio, dice que eso se debe a que la demografía del estado está cambiando.
«Las universidades independientes y públicas han visto el mismo problema en Ohio desde 2010, es decir, hemos tenido un fuerte descenso en el número de estudiantes que se gradúan», dijo.
Como resultado, las escuelas tienen que encontrar una manera de adaptarse a un alumnado más pequeño o atraer a más estudiantes, a menudo de fuera del estado.
Algunas escuelas hacen esto último bastante bien, dice Jones, como Cedarville, una universidad baptista al este de Dayton, y la Universidad Franciscana de Steubenville.
«Las instituciones que tienen un atractivo muy particular han conseguido atraer muy bien a los estudiantes», afirma Jones.
En la Universidad Franciscana de Steubenville, ese atractivo se centra en una total integración de la fe católica.
«Nuestro nicho de mercado es reunir una educación de calidad con una profunda vida sacramental católica y una vibrante comunidad de formación en la fe en la vida estudiantil», dijo Herrmann.
Esto es lo que está atrayendo a estudiantes como Leslie Tupper, una estudiante de segundo año de Michigan que estudia psicología.
«Sólo quería una comunidad católica viva», dijo. «Vine aquí por capricho, y el Señor me dijo claramente: 'Deberías estar aquí'».
Según John Romanowsky, otro empleado de la universidad, todas las misas están abarrotadas. La confesión atrae multitud de jóvenes.
«Si vas a confesarte por aquí, tienes que tener tiempo para esperar», susurra dentro de la iglesia del campus. «Los estudiantes hacen cola en la puerta y, dependiendo del día, a veces puede llegar hasta la rampa y las escaleras».
Es algo que no ha visto en ningún otro sitio y que contrasta con la diócesis de Steubenville, donde está alojada la universidad.
Entre 1990 y 2019, la diócesis vio una caída del 45% en el número de personas que asisten a los servicios dominicales, explica el obispo Jeffrey Monforton en el periódico diocesano. La crisis es por tanto a la pandemia de COVID, que agravó las cosas en cuanto al hábito de asistencia a la iglesia de los fieles.