(Vatican.news/InfoCatólica) Aportando su testimonio a los medios de comunicación estaba, entre otros, Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, árabe, cristiana-católica, de origen israelí y palestino: la oración de súplica de esta mañana en el Sínodo, dijo, fue para ella «un momento muy intenso» porque «desde que estalló la guerra tenía el corazón desgarrado y me preguntaba qué hacía aquí en el Sínodo. Unirme en oración con todos fue un momento muy profundo».
Según Margaret Karram, hacen falta muchos esfuerzos por la paz, pero «el poder de la oración es crucial». Y añadió:
«Esta experiencia me está enseñando lo que significa caminar juntos, dialogar, dejarse interpelar por los demás, y la sinodalidad no es sólo una metodología, debe convertirse en una forma de vida de la Iglesia: escuchar al otro con respeto, más allá de las opiniones diferentes».
En oración con el mundo entero
La presidenta del Movimiento de los Focolares citó a continuación las numerosas iniciativas de oración interreligiosa puestas en marcha estos días, también a través de plataformas digitales, para implicar al mayor número de fieles en todo el mundo:
«Ayer hubo también una conexión con Ucrania. Acordamos reunirnos a la misma hora para rezar juntos a través de la iniciativa Paz Viva y pedimos también gestos concretos de solidaridad hacia los hermanos de otras religiones junto con el compromiso de firmar un llamamiento por la paz que se dirigirá a los gobernantes».
El bien que no hace ruido
Las buenas acciones no hacen ruido, sólo hablan de odio, pero Margaret Karram quiere señalar que en Israel muchos se preocupan por tender puentes con quienes viven en Gaza:
«Tengo una amiga judía que decidió rezar al mismo tiempo que los musulmanes para estar unida a ellos en la oración».
El compromiso de todos
A preguntas de la prensa, la presidenta de los Focolares hizo un llamamiento a la acción coral de la comunidad internacional para que se reanuden las negociaciones y se perciba la urgencia de resolver este conflicto:
«Todavía hay demasiado silencio. Mi voz sola no dará fruto, es necesario el compromiso de todos para promover el respeto de los derechos humanos y la reconciliación entre los pueblos».
Otros temas
África y la sinodalidad
«La sinodalidad ya forma parte de la cultura africana», afirmó Mons Andrew Nkea Fuanya, arzobispo de Bamenda (Camerún) y presidente de la Conferencia Episcopal del país. El prelado, que respecto a la guerra dijo que nunca es solución, explicó lo que supone el sínodo para el continente:
«En nuestra Iglesia hacemos todo juntos, como en una familia. Este sínodo es un gran consuelo para África, porque a veces nos sentimos abandonados, pero unirnos en oración con la Iglesia universal nos da valor y nuestro continente puede dejar su huella en el sínodo».
En cuanto a la guerra, el prelado afirma con convicción: »Nunca es una solución.
El Evangelio que une lenguas diferentes
Sor Caroline Jarjis, médico en el centro de salud de Bagdad y religiosa de la Congregación de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, también ha vivido la experiencia de ser una familia en el Sínodo. Esta mañana, junto con los demás participantes en la asamblea, ha leído el Evangelio en su lengua, el árabe, y le ha sorprendido cómo sus palabras eran comprendidas por todos:
«Dios está presente en el trabajo que hacemos en el Sínodo, Él nos eligió y nos preparó antes de venir a Roma. Juntos estamos viviendo la experiencia de los primeros cristianos que lo compartían todo».
El testimonio de los mártires iraquíes
La mirada de la hermana Caroline comunica esperanza, aunque no oculta los signos de veinte años de sufrimiento en su país:
«Vengo de un país en guerra, donde los cristianos son minoría, pero la riqueza de nuestra Iglesia viene dada por la presencia de los mártires. Su sangre nos da el impulso para seguir adelante, y volveré a casa con más fuerza gracias a esta experiencia de comunión con la Iglesia universal».
A preguntas de los periodistas, la religiosa iraquí expresa su pleno apoyo a la decisión del cardenal Louis Raphael Sako de retirarse de la sede del Patriarcado de Bagdad, tras la decisión del presidente Rashid de revocar el decreto de la Iglesia caldea que reconocía al cardenal como jefe y responsable de los bienes eclesiásticos:
«Es justo vivir con dignidad como cristianos en una tierra de martirio: no somos ciudadanos de segunda clase».
La peregrinación a las Catacumbas
Por la tarde, los participantes en el Sínodo fueron invitados a una peregrinación a las Catacumbas de San Sebastián, conocidas por albergar los restos de los Santos Pedro y Pablo, y los de San Calixto y Santa Domitila.
Tras una misa en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro presidida por el cardenal Ambongo Besungu, se celebrará la Octava Congregación General, que abordará el tercer módulo del Instrumentum Laboris sobre el tema: «Corresponsables en la misión. ¿Cómo compartir dones y tareas al servicio del Evangelio?».