(ACI/InfoCatólica) El nombramiento del Arzobispo venezolano Diego Rafael Padrón Sánchez como nuevo cardenal a la edad de 84 años, durante el consistorio presidido por el Papa Francisco, ha sido un acontecimiento de gran relevancia. El Cardenal Padrón, quien previamente sirvió como presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana durante dos períodos consecutivos, ahora asume esta nueva responsabilidad con un enfoque claro en el servicio al pueblo de Venezuela.
Aunque su avanzada edad le impide participar en futuros cónclaves, el Cardenal Padrón considera que esta designación es un llamado a un mayor servicio a la Iglesia universal y, sobre todo, al pueblo venezolano, que atraviesa momentos de gran dificultad. Su humildad y sentido de deber se hacen evidentes cuando expresa: «Mi alegría es grande, e interpreto que esta designación no es tanto para mi uso personal, sino para el servicio de nuestra Iglesia y de nuestro pueblo venezolano, que bastante lo necesita».
El nuevo Cardenal no es ajeno a los desafíos que enfrenta Venezuela, pero mantiene una perspectiva esperanzadora. Él cree firmemente que la justicia y la paz son posibles en su país, y declara con convicción: «Si no lo creyera, estaría perdido. El bien siempre triunfa sobre el mal. Hay mucho trabajo, dificultades e incluso peligro, pero siempre Dios está por encima del mal».
Desde su parroquia en la Arquidiócesis de Valencia, el Cardenal Padrón enfatiza su compromiso tanto con la actividad de la Iglesia como con el destino de su amado pueblo venezolano. Sus palabras inspiradoras son un recordatorio de que la bondad y la justicia, aunque a veces parezcan elusivas, finalmente se encontrarán.