(InfoCatólica) Durante la rueda de prensa para informar de los trabajos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, Mons Magán, secretario general y portavoz de dicha institución, aseguró que España no vive una «situación histórica excepcional» que justifique una ley de amnistía para los hechos acontecidos en octubre del 2017.
El prelado señaló que existen herramientas en el ámbito del derecho para «situaciones históricas muy excepcionales» y recordó que durante la Transición del régimen de Franco a la democracia ya se dio una amnistía.
Los obispos catalanes han salido al paso de esas declaraciones con un comunicado. Se da la circunstancia de que el arzobispo de Barcelona, cardenal Omella, es a la vez miembro de la Conferencia Episcopal Tarraconense y presidente de la Conferencia Episcopal Española.
Ante las declaraciones del Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española que, sobre las negociaciones políticas en el proceso de investidura de un nuevo Presidente del Gobierno español, realizó después de la última reunión de la Comisión Permanente y que hoy son recogidas por la mayoría de medios, los Obispos con sede en Cataluña manifestamos lo siguiente:
El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. César García Magán, en sus declaraciones se centró sobre todo en una valoración jurídica personal del tema que ―según él― no implicaba ni negar ni apoyar a la amnistía. Además, explícitamente dijo que el Presidente en funciones Sr. Pedro Sánchez aún no había puesto sobre la mesa el tema, algo que realmente se corresponde, en estos momentos, a la realidad.
La Iglesia siempre se guía por favorecer la igualdad, la cordialidad, el diálogo y el trabajo para realizar una sociedad nueva y buena. Favorecer el partidismo o alabar una determinada posición no es ni bueno ni, desgraciadamente, nuevo. Por eso, los obispos, pastores de una Iglesia que es afortunadamente plural, debemos mantener una neutralidad edificante y respetuosa, neutralidad que sólo podemos romper cuando se lesiona el derecho a la dignidad del ser humano, centro de toda la Doctrina Social de la Iglesia.