(InfoCatólica) El Papa ha recordado que san Daniel fue un enamorado de Dios y deseaba llevar ese amor a todas las personas que encontraba en su camino. En un contexto marcado por el horror de la esclavitud social, descubrió que la raíz más profunda de toda esclavitud es la del corazón, —es decir el corazón esclavo del pecado—, de la cual nos libra el Señor, y dedicó su vida a combatir esas esclavitudes anunciando el Evangelio.
La experiencia del amor gratuito de Dios nos hace verdaderamente libres. Esta certeza llevó a Daniel Comboni a trabajar incansablemente para que los cristianos no sean sólo «espectadores» sino «protagonistas» de la acción evangelizadora de la Iglesia. Con su testimonio de vida, este santo nos indica que la fuente de toda actividad misionera es la caridad y que la misión no se lleva adelante de manera solitaria, sino siempre en comunión con toda la Iglesia, «caminando juntos».
Esclavitud
El Papa ha asegurado que la esclavitud que combatió el santo, sigue presente hoy de diversas maneras:
«Comboni, a la luz de Cristo, tomó conciencia del mal de la esclavitud; entendió, además, que la esclavitud social tiene sus raíces en una esclavitud más profunda, la del corazón, la del pecado, de la cual el Señor nos libera. Como cristianos, por tanto, estamos llamados a combatir contra toda forma de esclavitud. Pero lamentablemente la esclavitud, así como el colonialismo, no es un recuerdo del pasado, lamentablemente. En el África tan amada por Comboni, hoy desgarrada por tantos conflictos, «tras el colonialismo político, se ha desatado un «colonialismo económico», igualmente esclavizador».
San Daniel, buen pastor de un continente olvidado
El Pontífice ha recordado que Daniel lamentaba el olvido de África por parte de la Iglesia:
«Hermanos y hermanas, san Daniel testimonia el amor del buen Pastor, que va a buscar a quien está perdido y da la vida por el rebaño. Su celo fue enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia y a la exclusión. En las cartas se refería apremiante a su amada Iglesia, que por demasiado tiempo había olvidado a África. El sueño de Comboni es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para experimentar con ellos la resurrección».