(AICA/InfoCatólica) «Un teólogo que realmente preste atención a la cultura actual, hoy debe servir el banquete del Evangelio a través de la belleza y la seducción de las imágenes, las figuras, los ejemplos, las sensaciones que lo vuelvan accesible a la gente del siglo XXI», sostuvo en una entrevista concedida la revista jesuita La Civiltà Cattolica.
El arzobispo argentino y ex rector de la Universidad Católica Argentina (UCA) insistió en afirmar que «con un lenguaje accesible, la teología entra en diálogo con la vida concreta, las angustias y anhelos de la gente y muestra así su mayor fecundidad».
He venido a hablar de mi libro
«Quiero decir a los teólogos que no se avergüencen de escribir alguna vez este tipo de libros que bajan la teología a las necesidades populares», agregó el prefecto al referirse a su libro «Los cinco minutos del Espíritu Santo», una de sus obras de mayor divulgación y que lleva impresos más de 350.000 ejemplares.
«Son incontables los mensajes de agradecimiento que recibí por esta obra: personas que leyéndola se convirtieron, evitaron el suicidio, entraron a un monasterio o recompusieron su matrimonio», manifestó.
El cardenal electo Fernández aseguró que el papa Francisco le pidió «un mayor empeño para ayudar al desarrollo del pensamiento, también cuando se presenten cuestiones difíciles, porque para cuidar la doctrina el crecimiento en su comprensión es más eficaz que los controles».
Tesis peculiar sobre las herejías
«Las herejías se erradicaron mejor y más rápidamente cuando hubo un adecuado desarrollo teológico, y se difundieron y perpetuaron cuando sólo hubo condenas», analizó el prefecto, quien en la entrevista también criticó que durante años se haya manipulado a las mujeres «como si fueran de segunda categoría».
«No podemos escondernos en un limbo e ignorar que la violencia verbal de algunos grupos es un desahogo comprensible de ellos después de muchos siglos de violencia verbal nuestra, de un lenguaje ofensivo, muy hiriente, o de una manipulación de las mujeres como si fueran de segunda categoría, de muchos desprecios. Francisco es un modelo de ese 'aguante' que nace de su corazón de padre», argumentó.
Finalmente, se refirió a la relación existente entre teología y comunicación, que es «comunicar lo que se está contemplando».
«Esto es para Santo Tomás lo más perfecto que podemos vivir en esta tierra, ya que combina la perfección de la contemplación con la perfección de la donación de sí en la acción. Entonces, la acción adquiere tal calidad interior que el teólogo no se agota cuando comunica, no le angustia dejar su soledad reflexiva, porque en la comunicación contemplativa su carisma teológico se vuelve pleno, subrayó.
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