(CNA/InfoCatólica) Una alta funcionaria británica ha advertido a los agentes de policía del país de que el mero acto de rezar en silencio -en aparente referencia directa a las recientes manifestaciones provida ante clínicas abortistas- «no es ilegal», una declaración que se produce en medio de un actual y controvertido debate sobre esa práctica en el Reino Unido.
La ministra del Interior del Reino Unido, Suella Braverman, declaró este mes en una carta a los jefes de policía de Inglaterra y Gales que «merece la pena recordar» que «la oración silenciosa, en sí misma, no es ilegal».
La carta, según la secretaria, era un esfuerzo por recordar a los agentes de policía «la importancia de permanecer imparciales» en el desempeño de sus funciones policiales.
En el documento, también advertía contra comportamientos policiales recientes como «arrodillarse» durante las protestas de Black Lives Matter, abrazar «ideologías muy controvertidas» como el extremismo de género y la teoría crítica de la raza, y «no tomar medidas» ante las amenazas de violencia proferidas por activistas transexuales contra las mujeres.
La nota sobre la «oración silenciosa» parece ser una referencia a lo que se ha convertido en un prolongado y politizado debate sobre el activismo provida llevado a cabo en clínicas abortistas de toda Inglaterra.
Entre los recientes incidentes protagonizados por británicos que rezan, el año pasado una activista provida fue detenida por la policía en Birmingham, West Midlands, después de que la policía la observara «de pie y rezando en silencio fuera de un centro abortista».
En febrero, un sacerdote británico fue detenido -también en Birmingham- por rezar por la libertad de expresión en el exterior de una clínica a deshoras.
Por otra parte, un vídeo grabado en enero de este año mostraba un incidente similar en el que un británico se enfrentaba a una multa por rezar en silencio ante una clínica abortista de Bournemouth (Dorset).
El Parlamento británico, por su parte, aprobó en marzo una ley por la que se establecen «zonas de seguridad» de 152 metros alrededor de las clínicas abortistas, dentro de las cuales los manifestantes no pueden realizar ninguna actividad que influya en «la decisión de cualquier persona de acceder, prestar o facilitar la prestación de servicios de aborto», incluida la oración silenciosa.
En su carta, en la que afirmaba la legalidad básica de la oración silenciosa, Braverman se mostraba «preocupada por el hecho de que la confianza en la actuación policial se haya visto afectada por la percepción de que la policía ha adoptado en los últimos años, en ocasiones, una postura política».
La ministra del Interior expresó su esperanza de que los agentes de policía en Inglaterra puedan adherirse a «un enfoque más cuidadoso» del «compromiso con la comunidad», que evite «la trampa del partidismo».
«Sé que cuando todos tiramos en la misma dirección, podemos lograr los mejores resultados para el público», escribió.
Tras la carta, Isabel Vaughan-Spruce -la mujer detenida el año pasado en Birmingham por su oración silenciosa- declaró a Alliance Defending Freedom que estaba «encantada de ver que el ministro del Interior aclara a la policía que no es delito rezar dentro de tu propia mente».
«Se trata de un principio básico de una democracia libre», señaló Vaughan-Spruce, aunque reconoció que «ha sido detenida dos veces por no hacer más que eso».