(KathPress/InfoCatólica) Jessica Bates ha tomado la decisión de emprender acciones legales contra el Departamento de Servicios Humanos de Oregón en un caso que ha comenzado a tomar forma a finales de agosto. Esta valiente mujer se encuentra en la posición de buscar la adopción de niños, un acto de amor y compasión que es fundamental en su vida debido a su profunda fe cristiana. Sin embargo, se ha visto enfrentada a obstáculos en su camino hacia la adopción debido a su religión.
Bates empezó a hacer los preparativos necesarios para poder adoptar niños en 2022. Ha rellenado la documentación necesaria, se ha preparado para visitar su casa y ha asistido a cursos de formación obligatorios.
Sin embargo, el Departamento de Servicios Humanos, responsable de las adopciones, rechazó su solicitud. Las personas que quieran adoptar niños deben «aceptar, respetar y honrar la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género» del niño adoptado.
Bates, que es una cristiana devota, no podía aceptar este requisito por motivos religiosos y así se lo hizo saber al Departamento de Servicios Humanos. La agencia denegó entonces su solicitud de adopción.
La normativa de Oregón equivaldría a una «prueba de fuego política», critica Jonathan Scruggs, de Alliance Defending Freedom (ADF), en un comunicado de prensa. Sólo se permitiría participar en el programa de adopción a quienes compartieran las opiniones laicas y progresistas sobre orientación sexual e identidad de género.
Las personas religiosas quedan descalificadas porque no pueden estar de acuerdo con la «ortodoxia estatal», añade. La ADF representa a Bates ante el tribunal.
Bates es viuda, madre de cinco hijos de entre 10 y 17 años. Su marido murió en un accidente de tráfico hace seis años.