(Marca/InfoCatólica) En Escocia, una persona transgénero fue sentenciada a ocho años de prisión por agredir sexualmente a dos mujeres antes de su proceso de transición de género. Isla Bryson actualmente cumple su condena en una instalación penitenciaria masculina, y afirma que experimenta «discriminación» por su identidad de género en ese entorno. Resulta llamativo que durante los dos primeros días de su reclusión, fue trasladada a un centro de detención para mujeres.
Isla Bryson, anteriormente conocida como Adam Bryson, realizó su transición de género de hombre a mujer antes de enfrentar el juicio por las dos agresiones sexuales. Estos incidentes ocurrieron en fechas previas a su transición, la primera en 2016 en Clydebank y la segunda en 2019 en Glasgow, cuando aún se identificaba como hombre.
La exmujer de Isla Bryson afirma que la transición de género de esta persona es vista como una artimaña destinada a engañar a las autoridades penales y reducir su condena.
Durante el juicio, Isla Bryson fue interrogado sobre su proceso de cambio de género y afirmó que desde los cuatro años se había sentido mujer, aunque no había completado la transición en ese momento. Señaló que inició formalmente el proceso de transición hace dos años.
Inicialmente, Isla Bryson fue enviada a cumplir su condena en una prisión para mujeres debido a la reciente aprobación de la ley trans en Escocia, que consideraba que su identidad de género era femenina. Sin embargo, después de su ingreso, los funcionarios penitenciarios solicitaron que fuera trasladada a una prisión masculina debido a lo que percibieron como un «alto nivel de riesgo». Posteriormente, se aprobó una normativa que requería que las personas transgénero fueran alojadas en un centro penitenciario de acuerdo con su sexo de nacimiento, lo que planteó un nuevo conjunto de desafíos y cuestiones legales en su caso.
El caso de Isla Bryson ha generado una gran controversia en el Reino Unido, y llegó a tener un impacto político significativo. La exministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dimitió debido a la polémica en torno a la ley trans similar a la que se implementó en España bajo la dirección de Irene Montero. Bryson se ha convertido en la presa más conocida de Escocia como resultado de esta situación.
Bryson ha expresado su profundo malestar en prisión, donde afirma que sus compañeros de reclusión la tratan de manera hostil, sintiéndose marginada y considerada un «monstruo». En un intento por hacer públicas sus preocupaciones, Bryson incluso envió una carta al periódico Sunday Mail, en la que denunció que la prisión alberga a personas transfóbicas y alegó que la policía está involucrada en los abusos que ha sufrido.