(ACIPrensa/InfoCatólica) Mons. João Justino de Medeiros Silva, arzobispo de Goiânia en Brasil, resaltó la necesidad apremiante de la Iglesia sobre manifestar su posición en contra de los esfuerzos por flexibilizar las restricciones al aborto en el país.
El prelado habló específicamente sobre el Argumento de Incumplimiento de Precepto Fundamental (ADPF) 442, una acción legal presentada en 2017 ante el Supremo Tribunal Federal (STF) por el Partido Socialismo y Libertad (Psol), con el propósito de despenalizar el aborto hasta la duodécima semana de gestación.
La presentación y discusión del ADPF está a cargo de Rosa Weber, la actual titular del Tribunal, quien busca llevar a cabo el caso antes de retirarse en el próximo mes de octubre.
Mons. João publicó un mensaje el martes 22 de agosto, en el que hacía un llamado a «todas las parroquias, pastorales, movimientos eclesiales y asociaciones de fieles a comprometerse dentro de sus realidades y posibilidades para promover una mayor comprensión y profundización» en nombre de todos los obispos.
Para lograrlo, pide que «los sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas utilicen todos los medios a su alcance» para «sensibilizar al Pueblo de Dios y a todos aquellos de buena voluntad sobre este mal y esta amenaza que es inminente».
Con esto, incentiva a todos los fieles y directivos de la Iglesia a organizar y poner en marcha nuevos cursos, conferencias, catequesis, adoraciones eucarísticas y todo tipo de actividades necesarias.
«Nosotros, cristianos y católicos, defendemos la vida desde su concepción hasta su muerte natural», continúa, resaltando que «la vida es el derecho humano más fundamental».
Asimismo, en el mensaje cita a San Juan Pablo II, mediante un extracto de un discurso que dio el santo en noviembre del 2000, en el que advirtió que «una ley que no respete el derecho a la vida del ser humano —desde la concepción a la muerte natural, sea cual fuere la condición en que se encuentra, sano o enfermo, todavía en estado embrionario, anciano o en estadio terminal— no es una ley conforme al designio divino».
Y finaliza el arzobispo de Goiânia: «no hay posibilidad de que nosotros, católicos y todos los cristianos, quedemos paralizados ante esto que es una amenaza real a los principios más básicos no sólo de nuestra doctrina, sino de toda la vida humana y de la convivencia social».