(Vatican.news/InfoCatólica) «Renuevo el llamamiento a cesar la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo ciego y a dejar de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión».
Renuevo el llamamiento a cesar la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo ciego y a dejar de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión. #AgainstReligiousViolence
— Papa Francisco (@Pontifex_es) August 22, 2023
Así ha escrito el Papa Francisco este martes 22 de agosto en un post de su cuenta oficial @Pontifex de X (Twitter) haciéndose eco de unas palabras del Documento sobre la Fraternidad Humana, con motivo del Día de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias. Una jornada establecida por la ONU en la que, según la organización sin ánimo de lucro Puertas Abiertas/Open Doors, es «imposible no mencionar el aumento de la violencia contra los cristianos» perpetrada en numerosos países en los que las minorías son especialmente vulnerables y objetivo de ataques. Y son precisamente los cristianos, según un informe del Pew Research Center estadounidense, la comunidad religiosa más perseguida del mundo a causa de su fe.
Violencia contra los cristianos en Bangladesh y la India
En el comunicado emitido al respecto por la organización Puertas Abiertas, se afirma que el aumento de actos violentos de carácter religioso contra minorías cristianas es especialmente evidente en India (Manipur), Pakistán (Punjab), Nigeria, Camerún y Bangladesh.
Se han denunciado numerosos incidentes, como el ocurrido el 17 de mayo a un niño de ocho años en Dhaka (Bangladesh), que fue hospitalizado con quemaduras graves después de que unos vecinos le echaran agua hirviendo. Sus padres eran musulmanes convertidos al cristianismo.
En el estado de Manipur, en el noreste de India, se vienen produciendo violentos enfrentamientos desde hace casi tres meses debido a las tensiones entre la etnia meitei, predominantemente hindú, y la minoría kuki-zomi, predominantemente cristiana. Las tensiones, que se han cobrado decenas de vidas, se han recrudecido, según el comunicado, después de que el gobierno prohindú de Manipur decidiera conceder más tierras y privilegios a los meitei, obligando a huir a los kuki cristianos. El pasado mes de julio, el Parlamento Europeo aprobó una resolución urgente sobre esta situación, en la que instaba al gobierno indio a «tomar todas las medidas necesarias» para «poner fin de inmediato a la actual violencia por motivos étnicos y religiosos».
Incluso Camerún, de mayoría cristiana (más del 60%), sufre desde hace varios años los brutales ataques de los combatientes de Boko Haram contra las aldeas cristianas del extremo norte. Aquí, en las regiones montañosas, «los cristianos abandonan sus aldeas todas las noches para esconderse en el monte o en las montañas para pasar la noche. Viven en un estado constante de inseguridad». En esta situación, a los cristianos les resulta difícil reunirse, sobre todo por la devastación de los lugares de culto, y tienen que vivir su fe solos y a menudo escondidos.
Las acciones terroristas de Boko Haram en África
En África, Nigeria es el país con mayor número de cristianos asesinados por su fe: en 2023 se documentaron 5.014 casos. «La violencia, perpetrada en su mayoría por grupos militantes islámicos», informa el comunicado de Puertas Abiertas, «se ha extendido durante mucho tiempo por todo el continente, empezando por el Sahel y la cuenca del lago Chad, aterrorizados por Boko Haram, y desde la costa este de África hasta Mozambique.
Muchas formas de violencia y abuso
Los ataques violentos contra los cristianos, prosigue el texto, no adoptan exclusivamente la forma de atentados directos contra la vida de la víctima, sino que pueden adoptar diversas formas de violencia física o material. Además de las personas asesinadas y heridas, se producen ataques contra los edificios de las iglesias y otros edificios como escuelas y clínicas, cierres de iglesias, detenciones de cristianos convictos y encarcelamientos en prisiones o campos de trabajos forzados. «Secuestros, agresiones sexuales, matrimonios forzados, abusos físicos y psicológicos, desplazamientos, casas o negocios destruidos o saqueados son otros incidentes de violencia contra los cristianos».