(InfoCatólica) Este lunes 21, memoria de San Pío X, la XIV Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad; cubrió los poco más de 100 kilómetros entre la localidad de Rawson (Provincia de Buenos Aires), y la Basílica de Nuestra Señora de Luján, en Argentina. 1.600 inscritos oficiales que fueron provistos durante los tres días de cantorales, subsidios para la oración, alimentos, y asistencia sanitaria.
Participaron, durante todo el trayecto, una treintena de sacerdotes, del clero secular (entre ellos, algunos llegados de Brasil, España, Estados Unidos, y Francia); y del clero regular. E, igualmente, varias religiosas, de diferentes congregaciones. Los tres días se celebró la Santa Misa vetus ordo.
En Argentina el lunes, último día, era feriado nacional por el aniversario (trasladado) de la muerte del General José de San Martín, así que pudieron acercarse ese mismo día más sacerdotes para escuchar confesiones; y colaborar con la distribución de las Comuniones. La Santa Misa de clausura se celebró en el Centro Tradicionalista «Martín Fierro», de Jáuregui -a ocho kilómetros de Luján ya que este año tampoco se pudo celebrar en la Basílica de Luján. Concluida la misma, y luego del almuerzo, los peregrinos continuaron los últimos ocho kilómetros a pie, hasta el Santuario Nacional; donde se concluyó con Adoración al Santísimo, y Santo Rosario.
Como en años anteriores, los asistentes se duplicaron el último día con el arribo, para la recta final, de familiares y amigos de los peregrinos, y otros fieles llegados desde distintos puntos del país. El número de inscriptos oficiales fue récord; y se destacó, asimismo, la incorporación de nuevos Capítulos, formados casi exclusivamente por adolescentes.
Los peregrinos en su gran mayoría, obviamente, fueron argentinos de distintos puntos de la geografía nacional. Como en años anteriores participó un nutrido grupo de adolescentes que vinieron especialmente, de Paraguay. Y participaron otros fieles de países sudamericanos como Bolivia, Brasil, Perú, Venezuela, y Colombia. Este año se contó con peregrinos de España, y Francia; donde se realizan las peregrinaciones de Nuestra Señora de la Cristiandad, entre Oviedo, y Covadonga (España), y París - Chartres (Francia).
Todos los peregrinos participaron en «Capítulos», nucleados por grupos, espiritualidades específicas, puntos de origen, e incluso de edades. Por ejemplo, uno de los más numerosos, «San José Sánchez del Río», estuvo integrado, en su gran mayoría, por adolescentes de zonas periféricas, y barrios populares de La Plata. También destacó «Santiago Apóstol» que tenía una media de edad de 45 años y estaba compuesto mayoritariamente por papás de los peregrinos más jóvenes.
Nuevamente han despertado innumerables muestras de afecto, y admiración, los «Capítulos de Familia», integrados por papás, mamás, y niños muy pequeños; que peregrinan, claro está, con etapas y tiempos especiales. Una mamá, con nueve hijos contaba que «vine con mi esposo, y los cuatro más pequeños. Los otros, ya adolescentes, vienen en otros Capítulos; con jóvenes con los que comparten, durante todo el año, actividades evangelizadoras, y misioneras. Todos juntos nos encontramos, de cualquier modo, en la Santa Misa de clausura; y, luego, en la Basílica de Luján».
Otro de los Capítulos que cosechó el aplauso y la gratitud de los peregrinos fue el integrado por Héroes de Malvinas; veteranos de guerra que, año a año, dan claro testimonio de fe, y de Patria. Uno de ellos, emocionado, sostuvo que «como cantamos en 'Cristo Jesús, en Ti la Patria espera', queremos que la Patria en que vivimos sea un anuncio de la celestial. Y, en medio de tantos desencuentros que tenemos como país, esta Peregrinación es una muestra de que, pese a todo, existen reservas espirituales para la reconquista de Argentina». Fuertemente aplaudidos, una vez más, fueron los testimonios de dichos Héroes, que reseñaron cómo vivieron la fe en las trincheras durante la Gesta de 1982; y cómo la Santa Misa, y el Rosario diario, mantuvieron bien alto su espíritu.
Esta nueva peregrinación demostró, nuevamente que este tipo de prácticas piadosas, tradicionales, si bien son cada vez más valoradas por fieles de todas las edades, tienen un atractivo particular para los más jóvenes. Por eso, aunque extenuado tras el esfuerzo espiritual y físico por las tres intensas jornadas, uno de los organizadores recalcó que «estamos muy felices. Hay equipo para seguir trabajando por una Iglesia cada vez más fervorosa; que vive, sin complejos, su identidad, y misión. Y por una Argentina que vuelva a sentirse honrada de sus raíces cristianas».
De entre los muchísimos testimonios podemos destacar a modo de resumen el de una adolescente de 14 años, recientemente convertida, quien enfatizó:
«Por no conocer antes a Dios caí en todo tipo de vicios, en la droga, en las autolesiones, y otras cosas por el estilo. Hoy sé que el Señor hace cosas grandes en nosotros cuando, al menos, le abrimos una pequeña puertita. Vuelvo a mi casa renovada. Me da mucha alegría saber que Dios me ama, que la Iglesia es mi Madre, y que tantos nuevos amigos, y hermanos, me sostendrán siempre».