(InfoCatólica) Este año, del 19 y el 21 de agosto, los peregrinos volverán a cubrir los cien kilómetros que separan Rawson (Provincia de Buenos Aires) y la Basílica de Luján en la «XIV Peregrinación a Luján»
Es una peregrinación alegre y penitente como la veterana francesa de Chartres o la más novedosa española a Covadonga.
Ya hay 1.600 peregrinos oficialmente inscritos en los distintos capítulos a los que sumaran familias y amigos en el último día como ha ocurrido en las ediciones anteriores.
Entre los peregrinos hay una quincena de sacerdotes, que estarán disponible para confesarse y acompañamiento espiritual. La Santa Misa se celebrará vetus ordo, desgraciadamente la de clausura no podrá celebrarse este año tampoco en la propia Basílica y se trasladará, entonces, como otros años, en la última etapa, en el Centro Tradicionalista de Jáuregui, a ocho kilómetros de Luján.
Desde allí, esos últimos kilómetros, la peregrinación concluirá en la Basílica, con Hora Santa, y Santo Rosario.
Organización
La peregrinación está organizada por «Nuestra Señora de la Cristiandad» (de Argentina). Es un grupo independiente constituido por fieles católicos laicos. El objetivo de dicha Peregrinación es la santificación del alma a través de las gracias pedidas a Nuestro Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, ofreciéndole las oraciones, sacrificios y mortificaciones durante los tres días. Se encomendará especialmente a nuestra Patria y al Santo Padre, su salud y sus intenciones.
Nuestra Señora de la Cristiandad busca contribuir a la restauración del espíritu de la Cristiandad –según las posibilidades y siempre con el auxilio divino–, que ha dado a la Iglesia y al mundo tantos santos, héroes y defensores de la Fe.
Para esa empresa, depositan su confianza en el fundamento de la vida cristiana: el Santo Sacrificio de la Misa. Por ello, parte de sy apostolado es la devoción a la Santa Misa.
Por ello durante la Peregrinación se busca resaltar y recordar los cuatro fines de la misma:
a) la adoración, para honrar a Dios de la forma más conveniente;
b) la acción de gracias, para agradecer sus gracias inmensas y gratuitas;
c) la propiciación, por nuestros pecados y por las almas del purgatorio;
d) la súplica, por nuestras necesidades particulares y por las del mundo.