(La Gaceta) La eurodiputada de Agrupación Nacional Mathilde Androuët, perteneciente al grupo Identidad y Democracia (ID), solicitó en una pregunta parlamentaria escrita a la Comisión Europea que diera de forma expresa su definición del término «mujer» y que aclarara si piensa que «ser mujer es una condición biológica, una realidad o un sentimiento».
La Comisaria de Igualdad, la socialista Helena Dalli, no respondió a la consulta y se limitó a afirmar que la Comisión Europea «promueve la igualdad para todos en la UE». «Al esforzarse por lograr la igualdad entre hombres y mujeres, la Comisión toma en consideración tanto la discriminación basada en sus características físicas como la discriminación por razón de sexo que se deriva de conceptos erróneos y prejuicios sobre roles socialmente construidos», señaló.
Según informa La Gaceta, Dalli tampoco respondió a otras dos preguntas formuladas por Androuët con respecto a la cantidad de niños que han cambiado de sexo dentro del bloque y a las consecuencias de la participación de mujeres transgénero (hombres biológicos) en competiciones deportivas femeninas.
Sólo se limitó a justificar que el organismo carece de datos sobre la cantidad de niños que han cambiado de sexo dentro de la UE y dio una respuesta vaga sobre los efectos de las leyes trans en el deporte femenino. «La Comisión está al tanto del marco de Equidad, Inclusión y No Discriminación (…) del Comité Olímpico Internacional. Este marco proporciona un enfoque de diez principios para ayudar a los organismos deportivos a desarrollar los criterios aplicables a su deporte y garantizar la igualdad de condiciones», agregó.
La decisión de la Comisión Europea de no definir el término «mujer» se produce en medio de una batalla en el seno de la UE entre quienes consideran que la legislación de los burócratas «empodera a la mujer» y quienes denuncian el «borrado» de la mujer con leyes que les impiden prosperar, por ejemplo, en el deporte. «Si todo el mundo puede ser mujer, nadie es mujer», reiteran. En Hungría se aprobó una Ley de Protección de la Infancia que prohíbe la ideología de género y los activistas trans en los centros educativos, una norma que motivó los ataques de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: «Es una vergüenza».