(Agencias/InfoCatólica) La cabra tira al monte, otra vez con lo de los «nativos» casados como sacerdotes. Una especie de supremacismo que en el caso de la Amazonia venía de un obispo de origen alemán y en Australia del obispo Mark Coleridge que los ven como seres inferiores no aptos para «grandes sacrificios».
El anterior «golpe» se pudo parar gracias a Benedicto XVI y el Cardenal Sarah. Ahora ya no está el Papa emérito y la sensación de que se ha liberado el katejón es cada vez mayor.
El arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, quiere que se permita ordenar sacerdotes católicos a los aborígenes australianos casados. Como en casos anteriores arguye que sin una exención para los sacerdotes indígenas casados, no habría ninguna posibilidad de «no había manera de reclutar un clero célibe en esas culturas». «CathNews», el portal de noticias de la conferencia episcopal australiana, citó una entrevista que Coleridge concedió el lunes al diario «The Australian». Es «muy probable» que, después de todo, el Vaticano cambie la norma eclesiástica centenaria del celibato obligatorio para los sacerdotes. No es lo que pensaba el Papa, pero cosas sorprendentes se ven últimamente.
El senador por Australia Occidental Patrick Dodson, una destacada figura aborigen, fue el único hombre indígena en Australia que se hizo sacerdote católico, dijo Coleridge; y dejó el sacerdocio después de un tiempo relativamente corto. El arzobispo prosiguió: «Ya tenemos clero casado». Algunos de los que han venido de otras iglesias, dijo, son hombres casados.
Apoyo de otro obispo
Según «The Australian», Coleridge recibió el apoyo del obispo de Darwin, Charles Gauci. Con los aborígenes, es importante respetar la cultura. Gauci señaló que el Papa Francisco se había mostrado abierto a la ordenación de hombres casados en determinadas situaciones. Él mismo estaría abierto a discutir el asunto si se planteara en el próximo Sínodo Mundial de Obispos en el Vaticano, dijo. Alrededor del 30% de los habitantes del Territorio del Norte, con su capital Darwin, son aborígenes.
El lobby en contra del celibato, que hay que recordar que ya es opcional, nadie te obliga a ser sacerdote, sufrió un fuerte quebranto con la Exhortación «Querida Amazonia», que tras la publicación del libro del Cardenal Sarah, no incluyó ni el «celibato opcional», ni el tema de las diaconisas.