(CNAd/Infocatólica) Fuentes locales acusan al partido gobernante, el BJP, de avivar aún más la violencia contra la minoría cristiana. Esta teoría cobra más fuerza después de que el vicepresidente del partido BJP en el vecino estado de Mizoram dimitiera a mediados de julio en protesta por la violencia. En su declaración, R. Vanramchhuanga criticó el hecho de que ni el gobierno provincial, dirigido por el BJP, ni el gobierno federal indio hubieran condenado los actos hasta el momento. «Por eso creo que la destrucción masiva de iglesias cristianas en Manipur ha contado con el apoyo de las autoridades estatales y centrales», afirman los medios de comunicación locales.
El conflicto étnico se convierte en religioso
En el estado de Manipur, fronterizo con Myanmar, hay tensiones entre la etnia meitei, predominantemente hindú, y las tribus cristianas kuki y naga. Estas últimas están reconocidas por el gobierno como «comunidad tribal registrada». El intento de los meitei de ser incluidos en la lista y las consiguientes contraprotestas de los residentes, temerosos de una mayor discriminación de las minorías cristianas, se convirtieron en excesos de violencia contra los cristianos. Entretanto, más de 100 kuki han sido asesinados y más de medio millón de personas han huido.
Instalaciones eclesiásticas saqueadas e incendiadas
«Ayuda a la Iglesia Necesitada» ha recibido varios informes de testigos presenciales de contactos locales que documentan las acciones y el alcance de la violencia religiosa. Por ejemplo, en un barrio de la capital provincial, Imphal, según la diócesis católica local, a principios de mayo unos atacantes entraron por la fuerza en la parroquia de San Pablo y en el centro de formación pastoral asociado, donde se alojaban miembros de diferentes grupos étnicos. «La turba rompió ventanas, puertas, estatuas y prendió fuego al altar», dice el informe.
Las personas que vivían en el complejo fueron detenidas, y los atacantes comprobaron sus documentos de identidad para asegurarse de que no había miembros de la etnia kuki entre ellos. Ataques similares se repitieron en los días siguientes; mientras tanto, toda la iglesia y el centro pastoral fueron incendiados, según la diócesis.
En Canchipur, un suburbio de Imphal, la iglesia, la rectoría, un convento, una escuela católica y un albergue pertenecientes a la misma fueron saqueados, dañados e incendiados por los atacantes. Había tres o cuatro policías en el lugar, pero no pudieron controlar a la muchedumbre.
Ayuda a la Iglesia Necesitada sigue con preocupación la situación en el estado de Manipur. La agencia de ayuda está en contacto con las autoridades eclesiásticas locales para proporcionar ayuda de emergencia, atender a las personas afectadas y aliviar su sufrimiento.