(Zenit/InfoCatólica) Monseñor An Shuxin, obispo coadjutor de Baoding, Hebei, fortaleza de la Iglesia subterránea, tras diez años de prisión forzada y aislamiento en manos de la policía, decidió ser reconocido como obispo oficial.
Por esto, debió aceptar inscribirse en la Asociación Patriótica, el organismo instituído por el régimen maoísta en 1957 con el fin de crear una Iglesia nacional independiente de la Sede apostólica y anular la presencia misionera.
De ahí la diferencia entre una Iglesia “oficial” o “patriótica” y los fieles que quieren sustraerse a este control para obedecer directamente al Papa, formando la Iglesia “no oficial” o “clandestina”.
La Asociación Patriótica, que controla las actividades y la fe de cerca de cinco millones de católicos, se arroga el derecho de nombrar a los obispos, decide qué miembros de la comunidad católica pueden realizar estudios religiosos y quién puede ser ordenado sacerdote, controla la organización de los cursos de catecismo y qué temas se deben tratar.
Desde que se impuso la AP en 1958, quien no se adhiere a ella es arrestado, puesto en aislamiento y en muchos casos condenado a los campos de “reeducación” y trabajos forzados en los “laogai”.
En su carta de 2007 a los católicos chinos, Benedicto XVI definía a la AP y su ideario como “inconciliable con la doctrina católica”.
Muchos sacerdotes de Baoding, según informa AsiaNews, se mostraron escandalizados por la decisión del obispo: “Durante decenios, la Iglesia subterránea no ha aceptado nunca componendas con la AP, pagando incluso con la vida y la prisión su adhesión al Papa”.
Religiosas chinas, que viven no lejos de Baoding, dijeron a AsiaNews que, en su opinión, la decisión de monseñor An se debe al sentimiento de abandono que se respira en la Iglesia subterránea, considerada “un obstáculo” en las posibles relaciones entre China y el Vaticano.
Un sacerdote clandestino de Zhengding afirmó que “desde hace años, hay diócesis subterráneas sin obispo y por lo que vemos la Santa Sede no se preocupa de encontrar candidatos. Desde hace decenios, hay obispos en prisión pero nadie parace hacer algo por su liberación”.
Actualmente, tres obispos subterráneos de Hebei se encuentran desaparecidos en manos de la policía. Uno de ellos es el ordinario de Baoding, monseñor Jaime Su Zhimin, de 75 años, arrestado y desaparecido desde 1996. Así como Cosme Shi Enxiang, diócesis de Yixian, de 86 años, arrestado y desaparecido el 13 de abril de 2001; y monseñor Julio Jia Zhiguo, diócesis de Zhengding, de 74 años, desaparecido el 30 de marzo pasado.
Otro sacerdote señaló que el “olvido” de la Iglesia subterránea ha ido a la par de algunas tímidas señales de diálogo entre el gobierno chino y el Vaticano, pero subrayó los “pocos resultados” obtenidos. “En estos dos últimos años –dijo- al Vaticano no le ha sido posible ordenar ni siquiera a un obispo oficial, aunque sería necesario”.
Fuentes de Baoding dicen que monseñor An habría optado por inscribirse en la AP porque esta habría amenazado con aislarlo y nombrar a otro obispo en su lugar, llevando confusión a la comunidad subterránea.
Su decisión parace por tanto dictada por el intento de salvar a la comunidad y un mínimo trabajo pastoral, aunque bajo el control de la AP.
También dos sacerdotes subterráneos, los padres Pang Guangzhao y Jiang Yanli, han decidido inscribirse en la AP quizá por los mismos motivos y han sido liberados enseguida de la cárcel. Mientras tanto otros sacerdotes siguen en prisión.