(Asia news/InfoCatólica) Shazia trabajaba en una guardería de la Lahore University of Management Sciences (LUMS) y allí habría conocido al hombre que presumiblemente la mató. La noche del martes 6 de junio, al terminar su turno, no volvió a casa. Los familiares buscaron a la mujer, madre de tres hijos: Salman (16), Abrar (6), y Aliza (7), pero sin éxito. Al final llamaron a la policía, porque la familia de Shazia Imran está convencida de que su marido, asesinado a golpes hace 18 meses, no fue atacado por «matones», como la policía desestimó el hecho, sino por las mismas personas que mataron a Shazia.
La agresión hasta la violación como «método coercitivo» de conversión, sobre todo de mujeres pertenecientes a minorías religiosas, no es nada nuevo en Pakistán. Y el caso de Shazia, que ante su negativa fue violada y asesinada, ha desatado en las últimas semanas una nueva ola de miedo, pero también de ira y protestas en la minoría católica del país. Sobre todo porque la familia contó que ella le había confiado a una cuñada las apremiantes amenazas de Mani Gujjar para que se convirtiera y se casara con él.
De los cuatro acusados, la policía sólo arrestó a Mani. El hermano y dos primos que presuntamente participaron en la violación grupal y el asesinato siguen prófugos.
El presidente de Voice for Justice -el primer portal digital de Pakistán creado para brindar asistencia legal a todos-, Joseph Jansen, declaró que estaba preocupado por el episodio y pidió que se actuara con rigor contra los autores. «Hay que frenar cuanto antes la persecución contra las minorías religiosas», -agregó Jansen- y las autoridades deberían adoptar medidas efectivas para garantizar su seguridad dentro de la sociedad y no convertirlas en ciudadanas de 'segunda clase'. Sobre todo porque este tipo de violencia contra las niñas y mujeres cristianas« está aumentando de manera alarmante. La activista por los derechos de las mujeres Nadia Stephen también señaló que »las mujeres y las niñas de las minorías religiosas no deberían ser objeto de secuestro, violación y asesinato por la única razón de que se niegan a abandonar su religión.