(Vatican.news/InfoCatólica) El trabajo común de las Iglesias «al servicio de la causa de la paz y de la justicia» ha centrado la conversación entre el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirilll, y el cardenal Matteo Zuppi, enviado del Papa a Moscú para «aliviar las tensiones» del conflicto en Ucrania. Esta tarde del 29 de junio en la sede del Patriarcado, sentados en una mesa frente a frente, en presencia de un traductor, de los colaboradores del Patriarca y del Nuncio Giovanni D'Aniello, ambos hablaron de la importancia de que «todas las fuerzas del mundo se unan para evitar un gran conflicto armado».
Palabras similares a las compartidas en la conocida videollamada entre Kirill y el Papa Francisco el 16 de marzo de 2022, ni siquiera un mes después del primer atentado en Kiev, durante la cual el Papa reiteró la importancia de «unirse» como pastores «en el esfuerzo por ayudar a la paz» y también que la Iglesia no debe utilizar «el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús».
Agradecimiento por la misión
Kirill, según las agencias estatales rusas, saludó al cardenal arzobispo de Bolonia, declarándose «feliz» por su llegada a Moscú «acompañado de hermanos que conozco bien». «Apreciamos que Su Santidad le haya enviado a Moscú. Usted es el jefe de una de las mayores metrópolis, diócesis de Italia y es un famoso arzobispo que está llevando a cabo un importante servicio para su pueblo», dijo el Patriarca. Zuppi, por su parte, le invitó a visitar Bolonia.
El de esta tarde es el primer encuentro de Kirill desde el inicio de la guerra con un representante directo del Papa, después de que se desvaneciera la hipótesis de una reunión entre él y Francisco en Jerusalén que podría dar continuidad a la de Cuba en 2016, que terminó con la firma de una declaración conjunta. El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al margen de un acto en Roma hace meses, dijo: «Estamos en un momento difícil, hay que reconocerlo. Pero esto no significa que nos encontremos en la zona cero o que exista un hielo entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica. Existen canales e intentos de diálogo».
Las visitas de Antonij
A este respecto, cabe mencionar la visita a Roma del metropolita Antonij de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, presente también en el encuentro de hoy con Zuppi, a la derecha de Kirill. El 3 de mayo, Antonij asistió a la audiencia general en la plaza de San Pedro y saludó al Papa al final, deteniéndose a hablar unos instantes. El día anterior, Antonij se había reunido con el arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales. El Metropolitano había regresado a Italia a mediados de junio, donde tuvo un encuentro con el fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, Andrea Riccardi.
La celebración en la Catedral de la Madre de Dios
Tras la cita en el Patriarcado de Moscú -que marcó el segundo y último día de la misión junto con el encuentro con Marija L'vova-Belova, Comisaria del Kremlin para los Derechos del Niño- Zuppi se dirigió a la Catedral dedicada a la Madre de Dios. Allí el cardenal celebró una solemne concelebración y al final se reunió con la comunidad católica, a la que transmitió «los saludos, la cercanía y las oraciones del Santo Padre».
La división es siempre un escándalo
En su homilía, enteramente dedicada a la figura de los santos Pedro y Pablo, el cardenal Zuppi, destacando las características diferentes de los dos apóstoles, dijo: «La Iglesia no nos hace iguales, sino unidos, diferentes pero juntos. Dios nos ha hecho únicos, irrepetibles, con una capacidad original en cada uno, el alma». A continuación, el arzobispo de Bolonia habló de la «unidad» que, subrayó, «no viene dada por el poder, sino por el servicio mutuo; no por el vínculo de la sangre, sino por el generado por Dios, que nos hace suyos, hijos suyos, parte de su familia». Por eso, exhortó el enviado del Papa, «no debemos dejar nunca de buscarla, porque la división crece en la indiferencia» y «la división es siempre un escándalo para Jesús, que reza para que los suyos sean uno».
El deseo de paz del Papa
A partir de aquí, una nueva invitación a la paz: «Como una madre, la Iglesia invoca sin cesar el don de la paz, buscándola incansablemente porque el dolor de cada uno es su dolor». La Iglesia «es siempre madre», aseguró: ésta es «la única razón de la misión que estamos viviendo en estos días, deseada por el Sucesor de Pedro que no se resigna y trata de hacer todo para que la espera de paz que surge de la tierra encuentre pronto cumplimiento».
Sin éxito ante las autoridades civiles
Como era de esperar, el gobierno ruso envió a funcionarios de segundo nivel para encontrarse con el cardenal. Además de un consejero del presidente Putin, en encontró con la comisaria de la presidencia rusa para los derechos del niño, María Lvova-Belova, que ha sido denunciada por Ucrania por el traslado forzoso de menores a Rusia. Pesa contra ella, como en el caso de Putin, una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra: «por ser presuntamente responsable de la deportación ilegal de la población (niños) y transferencia ilegal de la población de los territorios ocupados de Ucrania a la Federación de Rusia».