(InfoCatólica) Según estadísticas y estudios sociológicos, la tasa de divorcio en el país casi se ha duplicado en la última década, pasando del 1% en 2009 al 1,8% en 2019. Las causas del divorcio son diversas, como conflictos relacionados con el estilo de vida, adulterio, problemas económicos, violencia doméstica y problemas de salud.
La llamada «Generación Z», compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, representa aproximadamente el 19% de la población de Vietnam y desempeñará un papel importante en la configuración de la sociedad en el futuro.
Algunos expertos señalan que la falta de comprensión mutua y de preparación antes del matrimonio, la falta de compromiso en la vida conyugal y los desacuerdos en la educación de los hijos son causas comunes de divorcio. Sin embargo, la comunidad católica en Vietnam muestra tasas de divorcio significativamente más bajas en comparación con el resto de la sociedad.
Según los datos de una encuesta realizada en 2021 por la archidiócesis de Hanói entre los bautizados de 69 parroquias, con 5.610 feligreses implicados, sólo el 1% de los encuestados declaró estar separado o divorciado. El 89% de los 3.721 feligreses afirmaron no haber engañado nunca a su cónyuge y ser fieles en el matrimonio. El 92,7% afirma vivir en una familia armoniosa y afectuosa, a pesar de las penurias y dificultades. Cuando la vida conyugal entra en crisis, el 79,6% de los feligreses reza a Dios en busca de ayuda, y el 40,1% también pide consejo a sacerdotes y religiosos. Los fieles católicos, en situaciones de conflicto, optan en el 82,3% de los casos por una solución pacífica, atendiendo a las demandas del cónyuge o de los hijos.
Los canales de apoyo a las familias proporcionados por la Iglesia católica, como cursos de preparación al matrimonio y el apoyo de sacerdotes y religiosos, han demostrado ser eficaces para reducir las consecuencias negativas de los conflictos y ayudar a los cónyuges a superar problemas psicológicos.
Las encuestas también revelan que el 96% de los católicos vietnamitas bautizados asisten regularmente a la misa dominical y se acercan con regularidad a los sacramentos, lo que confirma que una vida y una práctica de fe estable pueden ser la base de una vida matrimonial estable.
Con información de Fides