(CNA/InfoCatólica) Donal Walsh estaba harto de ver a jóvenes acabar con su vida mientras él luchaba cada día por la suya.
Nacido y criado en el condado irlandés de Kerry, a los 12 años le diagnosticaron un cáncer óseo en la tibia y tuvo que soportar nueve meses de quimioterapia y una operación para ponerle una prótesis de rodilla. Al cabo de dos años, el cáncer reapareció, esta vez en el pulmón. El joven fue operado de nuevo para extirparle la mitad del pulmón y soportó más quimioterapia.
En octubre de 2012, Walsh fue diagnosticado por tercera -y última- vez con tumores en cinco lugares diferentes de su cuerpo.
Durante sus últimos meses, Walsh se dedicó a escribir sobre su batalla contra el cáncer y cómo su fe le permitía perseverar en lo que él llamaba «escalar las montañas de Dios». También escribió sobre su frustración al ver el aumento de suicidios entre los adolescentes.
Fue entonces cuando decidió aparecer en la televisión nacional para animar a los jóvenes a valorar la vida.
Cuando le quedaban pocas semanas de vida, Walsh acudió al programa de entrevistas irlandés «The Saturday Night Show» con Brendan O'Connor con la esperanza de subrayar el valor de la vida compartiendo su propia historia.
«Si estoy destinado a ser un símbolo para que la gente aprecie la vida -puede que no sea sólo el suicidio-, sino que aprecie más la vida en general, entonces estaré encantado de morir si es por eso por lo que muero», dijo Walsh durante su aparición en televisión.
Walsh falleció cuatro semanas después, el 12 de mayo de 2013, a los 16 años.
Habló durante 19 minutos, y esos 19 minutos inspiraron a un país. Meses más tarde, el forense del condado de Kerry informó de un descenso de los suicidios después de que Walsh hablara.
Diez años después, su legado sigue vivo
El 11 de mayo de este año, más de 2.000 estudiantes irlandeses se reunieron en la Basílica y Santuario de Knock, en el condado de Mayo (Irlanda), para honrar la memoria de Walsh. Los estudiantes escucharon a varios oradores que hablaron sobre diferentes temas que afectan al mundo actual, especialmente la salud mental.
Los padres de Walsh, Elma y Fionnbar, también asistieron.
«Cuando nos dijeron que estaba terminal, nos dimos la vuelta y empezamos a decir: '¿Por qué nosotros? Y él [Donal] cambió su pregunta a: '¿Por qué yo no?'». recordó Fionnbar Walsh en una entrevista en el evento con EWTN News In Depth, que se emitió el 2 de junio.
«Donal estuvo muy disgustado los primeros días, pero sólo duró unos días», añadió Elma Walsh. «Y decidió que no iba a dejar que el cáncer se impusiera. Lo que le quedaba de vida, quería hacer algo».
Su madre contó que tenía una fe «extraordinaria». Le encantaba rezar el rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia. Walsh le pidió a su madre que se asegurara de que recibiera la Sagrada Comunión todos los días y que muriera con un «espíritu limpio».
«Era algo innato en él. Estaba en él... Es difícil de explicar. Simplemente estaba en él. Formaba parte de Donal», explicó.
Tras la muerte de Walsh, sus padres crearon la Fundación Donal Walsh Vive la Vida, que hasta la fecha ha recaudado más de medio millón de euros para diversas organizaciones benéficas, todas las cuales promueven la vida. Y una vez al año, los estudiantes se reúnen en la Basílica de Knock para celebrar misa, recibir inspiración y ánimo de oradores invitados, y para que se les recuerde el valor de la vida.
«Creo que a mucha gente le asusta la idea de una enfermedad terminal, pero su valentía fue capaz de soportar tantas dificultades y seguir teniendo fe, y eso inspira a la gente», dijo Adam Walsh (sin parentesco), un estudiante que asistió.
Otra estudiante, Anastasia Mullen, añadió: «Creo que es muy inspirador. Realmente crea este faro de esperanza para la juventud, mantiene viva la esperanza».
Elma Walsh dijo que espera que los estudiantes que asistan se vayan sabiendo «que se les quiere. Que sepan que sus vidas son preciosas y que nadie sabe lo que les deparará el mañana, pero que aprecien las cosas que tienen en la vida».