(Asia news/Infocatólica) En un país donde las religiones están prohibidas, con una férrea dictadura de cuño comunista, solo se permite el culto a la familia Kim -que está en el poder desde hace décadas y a la que se adora como dioses- y una acusación de este tipo implica la condena a campos de trabajo. Estos hechos ocurrieron el 30 de abril en la aldea de Tongam, cerca de Sunchin, en la provincia de Pyongan, que se encuentra en el centro del país, pero recién se conocieron en las últimas horas.
Según informa Radio Free Asia (RFA), los cinco pertenecen a una misma familia y se reunieron el domingo por la mañana -como solían hacer todos los fines de semana- en una casa de campo para rezar y profundizar en la lectura de la Biblia. Sin embargo, un informante los había denunciado y los agentes de policía los detuvieron.
«En el lugar donde se realizaba el encuentro -dice una fuente anónima- la policía incautó decenas de folletos bíblicos y arrestó a todos los presentes». Los cinco «estaban rezando y leyendo la Biblia entre ellos», prosigue la fuente, se habían «reunido entre familiares» e invocaban a Jesús, y todos ellos «fueron arrestados». En hechos similares que ocurrieron en el pasado, las personas arrestadas fueron enviadas a campos de reeducación por medio del trabajo, que en realidad son durísimos campos de concentración.
En la aldea de Tongam ya se habían llevado a cabo redadas como esta, sobre todo en 2005 e incluso antes, en 1997, durante la dictadura de Kim Jong-il, padre del actual líder Kim Jong-un y sucesor del fundador, el «presidente eterno» Kim Il-sung. Por otra parte esta región siempre ha tenido fuertes lazos con el cristianismo y en un tiempo había un gran edificio eclesiástico que sobrevivió incluso a la invasión japonesa de los primeros años del siglo pasado que introdujo el sintoísmo como religión de Estado.
Corea del Norte es conocida por ejecutar, torturar y maltratar físicamente a las personas por su fe o sus actividades religiosas y es uno de los 17 países involucrados en violaciones «sistemáticas, continuas y graves» a la práctica del culto, según el informe 2023 de la Comisión estadounidense de libertad religiosa. Las Biblias y otros materiales religiosos se pasan de contrabando de forma encubierta a través de la frontera china y se distribuyen a las Iglesias clandestinas por medio de una red secreta. «Las personas arrestadas - concluye la fuente - a pesar de las presiones se negaron a renunciar a su fe».
De Corea del Norte también llegan noticias del uso generalizado de la palabra «Judas» para identificar a informantes y traidores. En un país teóricamente ateo y contrario a las religiones, resulta curiosa la referencia al discípulo que traicionó a Jesús con un beso, entregándolo a los sumos sacerdotes. Prueba de ello es la historia de una joven que en los momentos más difíciles de la pandemia de Covid-19 le había confiado a un amigo que quería huir a China cuando se reabrieran las fronteras. El joven delató su proyecto a las autoridades, quienes detuvieron y castigaron a la joven. Los vecinos de casa y los habitantes de la zona comenzaron a llamar «Judas moderno» al traidor.
Un hombre de Pyongsong, en la provincia de Pyongan, al norte de la capital, explica: «A las personas que carecen de lealtad o que apuñalan por la espalda a sus amigos se las llama 'Judas' y todos las desprecian». E incluso a los que denuncian «desplazamientos o actividades -concluye- o siquiera palabras groseras, sus compañeros también los llaman 'Judas'».