(CNAd/Infocatólica) «La comunicación, el hablar, la confianza, la diversidad, en la convivencia: ahí radica la cuestión», enfatizó el arzobispo de Múnich y Freising. «El futuro del mundo depende de la capacidad de tener buenas conversaciones, de una buena comunicación».
El tema de su sermón se basó en el fenómeno relatado en los Hechos de los Apóstoles durante la primera celebración de Pentecostés, 50 días después de la resurrección de Jesucristo. Allí se dice: «Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse».
Marx afirmó que una buena comunicación es crucial, incluso para poner fin a guerras como la de Ucrania:
«No serán las armas las que traigan la paz al final, sino el diálogo. Oremos para que cese el derramamiento de sangre, la miseria».
El cardenal también abordó las polarizaciones dentro y fuera de la iglesia, que se conocen también en forma de noticias falsas y teorías de conspiración. En este contexto, la iglesia debería «ofrecer un servicio de unidad», porque «la miseria de las personas comienza con los malentendidos, así nos lo cuentan las primeras páginas de las Sagradas Escrituras».