(InfoCatólica) El Papa ha indicado que el santo navarro es «considerado, dicen algunos, como el más grande misionero de los tiempos modernos. Pero no se puede decir quién es el más grande, quién es el más pequeño... Hay tantos misioneros ocultos, que incluso hoy, hacen mucho más que san Francisco Javier».
El Pontífice ha mencionado el testimonio de un «sacerdote candidato a obispo: pasó diez en la misión de tal lugar... esto es grande, salir de la patria para predicar el Evangelio. Es el celo apostólico. Y esto debemos cultivarlo mucho».
En tiempos de San Francisco Javier, ha dicho, «los viajes de los misioneros a Oriente... era enviarlos a mundos desconocidos. Y él va, porque estaba lleno de celo apostólico».
El Papa ha asegurado que él marcó el camino a seguir a un «grupo de misioneros apasionados, preparados para soportar fatigas y peligros inmensos, a alcanzar tierras y encontrar pueblos con culturas y lenguas completamente desconocidas, impulsados sólo por el fortísimo deseo de dar a conocer a Jesucristo y su Evangelio».
Tras relatar el itinerario del santo, el Papa ha constatado que «para esta gente no había horizontes, iban más allá... ¡Qué valor tenían estos santos misioneros»
El Papa ha recalcado de San Francisco Javier que «su intensa actividad estuvo siempre unida a la oración, a la unión con Dios, mística y contemplativa. Nunca abandonó la oración, porque sabía que ahí reside la fuerza».
Y ha añadido:
«El amor de Cristo fue la fuerza que lo llevó hasta los confines más lejanos, con continuas fatigas y peligros, superando fracasos, decepciones y desánimos, más aún, dándole consuelo y alegría para seguirlo y servirlo hasta el final».
Por último, el Obispo de Roma ha pedido tomar al santo jesuiita como ejemplo
«Que san Francisco Javier que hizo esta gran cosa, en tal pobreza, y con tal valentía, nos dé un poco de este celo, de este celo para vivir el Evangelio y anunciar el Evangelio. A muchos jóvenes de hoy que tienen algo de inquietud y no saben qué hacer con esa inquietud, le digo: Miren a Francisco Javier, miren el horizonte del mundo, miren a los pueblos tan necesitados, miren a tanta gente que sufre, a tanta gente que necesita a Jesús. Y vayan, tengan coraje».